8 de marzo de 2008.- La situación de las mujeres en Afganistán ha cambiado radicalmente respecto a la época de los talibán, aunque sólo sea en algunos aspectos, y prueba de ello ha sido la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Este año Afganistán ha conmemorado la efeméride con un concierto en Kabul sólo para mujeres del cantante más de moda del país, Farhad Darya (www.farhaddarya.info), en una clara demostración de fuerza contra los talibán, a quienes ni les gusta la música –la prohibieron durante los cinco años de su régimen- ni que las mujeres salgan de casa, y mucho menos para divertirse.
Más de 1.500 mujeres han asistido al concierto, gentileza de las Naciones Unidas –que lo ha financiado en parte-, con la colaboración del Ministerio de Información y Cultura afgano, al que no le ha quedado más remedio que pasar por el aro, aunque si por su ministro fuera, el fundamentalista Abdul Karim Khoram, la música volvería a estar prohibida en el país y las mujeres en casa.
En la actuación no han faltado los gritos de histeria de las fans más jóvenes, los aplausos entusiastas y las ya clásicas fotografías con los teléfonos móviles. "Y no bailamos porque hay hombres", se quejaba una de las asistentes por la presencia de un centenar de varones, a pesar de que el concierto era teóricamente sólo para féminas. La primera vez que ocurre algo así en Afganistán, y más aún con un artista tan sumamente popular y de prestigio internacional como Darya, conocido como "la voz de la nación afgana".
Desde que los talibán fueron barridos de Kabul en 2001 -que no del resto del país, sobre todo en el sur, donde controlan buena parte del territorio-, Afganistán conmemora el Día de la Mujer, y además con especial profusión, a pesar de ser uno de los países en el que los derechos de las mujeres se encuentran más pisoteados. En Kabul desde hace días se hacen actos de celebración y, para la próxima semana, aún hay previstos más. Este año con el lema "Educación para mujeres y niñas".
El 6 de marzo el Parlamento hizo su propio acto, al que invitó a activistas afganas y en el que sólo una mujer pudo hablar. El resto de discursos corrieron a cargo de hombres. Eso sí, todos hablaron de los teóricos derechos de las mujeres. Y el 8 de marzo ha tocado el turno al presidente afgano, Hamid Karzai, que ha hecho su propio homenaje a las féminas con una ceremonia institucional en la que, por primera vez, se ha leído un mensaje de buena voluntad de su esposa, la doctora Zinat Karzai, que nunca aparece en público ni acompaña a su marido a ninguna parte, a pesar del simbolismo que eso tendría en un país como Afganistán.
El año pasado en Afganistán se registraron 165 casos de mujeres víctimas de violencia de género que, desesperadas, intentaron inmolarse prendiéndose fuego vivas, según datos de la Comisión Independiente de Derechos Humanos en Afganistán. Se calcula que un 90% de las féminas en ese país se casan a la fuerza con un hombre que no quieren y que su padre ha escogido. Afganistán es también uno de los países del mundo con una tasa de mortalidad maternal en el parto más elevada (1.600 mujeres mueren de cada 100.000) y uno de los pocos en el que la esperanza de vida de las mujeres es inferior a la de los hombres. Ellas viven una media de cuarenta y cuatro años. Ellos, cuarenta y cinco.
MÓNICA BERNABÉ desde Kabul
Del Blog CRónicas desde Asia
El mundo.es
Comments