"Yo hablé con mi esposa. Y lo nuestro es un gran cuento que tenemos que encontrarle un gran final"
Ha iniciado de nuevo su caminar. Su andar por el mundo. Pero como siempre no va solo¿ lo acompañan sus mujeres. Ellas que, desde 1951, cuando en Coro creó Mujer sentada, han estado a su lado. Y que ahora, después de pensar en dejar reposando para siempre el bronce y el acero en el año 2006 en su natal Holanda, comienzan a viajar por Europa en una "muestra impulsiva".
A sus 82 años, el destacado escultor Cornelis Zitman tiene la exhibición Zitman y su tribu, una muestra, que incluyen 37 piezas y 26 dibujos, y estará abierta hasta mayo en la Casa de Museo de Venezuela en Beas, España, y en el mes de septiembre abrirá una gran retrospectiva en el Museo Provincial de Huelva, Andalucía, con más de 200 obras.
"Teníamos que volver a caminar. En el 2006 tuve una gran exposición en el Museo de Biel de Holanda, que se suponía era el cierre de mi carrera. Como uno nunca es profeta en su tierra me estaban haciendo un buen reconocimiento. Salí de Holanda cuando tenía 22 años y volví con 80, por la puerta grande", dice con gran nostalgia el escultor holandés-venezolano, Zitman.
Ahora va a la reconquista de Europa con escala cinco estrellas en España. Y la responsabilidad de que el maestro Zitman detuviera su despedida en el tiempo es del director de la Casa de Museo de Venezuela, Carlos Armas, a quien conoció cuando le restauró el techo de su casa.
"No pensaba hacer una nueva exposición después de Holanda, porque ese era un cierre para mí. Emocionalmente, mi trabajo terminaba allí. Pero Carlos me propuso que lo ayudara en la propuesta de Museo en Beas. Y era algo que tenía que hacer. La gente tenía que enterarse. ¡Un museo venezolano en España!", dice entusiasmado.
Según Carlos Armas, Cornelis Zitman no se podía morir sin reconquistar España. "No veía la necesidad de hacer una retrospectiva de Zitman que no fuera itinerante, pues de Huelva irá a mediados del 2009 al Centro Cultural Conde Duque de Madrid, al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y al Museé Maillol de París", adelanta.
Para el maestro Zitman quizás fueron las circunstancias o las manos de Dios las que hicieron que sus esculturas se encontrarán en Holanda desde 2006. Para que desde allí partieran a España y se diera inició a esta aventura -que también lo llevará a Francia y posiblemente a Italia- que por momentos asusta al maestro, que reconoce que solamente asistirá a las inauguraciones.
En realidad, ver su agenda tan cargada con la muestra Zitman conquista España asusta al maestro. Aunque reconoce que ha trabajado toda su vida, ahora se asusta.
"Ya no soy un niño. Tengo 82 años. Pero sé que ellos (los encargados de la itinerante) están tratando de que yo tenga hoy más alegrías que tristezas, pues a mí me tomó por sorpresa darme cuenta que soy viejo. ¡Me tomó por sorpresa la vejez! Que solamente me quedan cinco o 10 años de vida", dice con gran tristeza el maestro Zitman.
Pero él no quiere que las personas se depriman por su culpa. Quiere ser feliz. "La gente no merece mi depresión. A los 14 años me di cuenta que la gente moría. Y le dije a mi mamá que la vida era un 'juego sucio'. Para qué nacemos si tenemos que morir".
Y la mejor manera que tiene el maestro de ser feliz es encontrando un final feliz para su historia. Para su cuento de hadas con su esposa Vera Roos. Para las mujeres que nacieron en su casa. "Yo hablé con mi esposa. Y lo nuestro es un gran cuento, que tenemos que encontrarle un gran final", remata Zitman.
¿Quieren saber algo más de Cornelis Zitman? ver aquí
Ha iniciado de nuevo su caminar. Su andar por el mundo. Pero como siempre no va solo¿ lo acompañan sus mujeres. Ellas que, desde 1951, cuando en Coro creó Mujer sentada, han estado a su lado. Y que ahora, después de pensar en dejar reposando para siempre el bronce y el acero en el año 2006 en su natal Holanda, comienzan a viajar por Europa en una "muestra impulsiva".
A sus 82 años, el destacado escultor Cornelis Zitman tiene la exhibición Zitman y su tribu, una muestra, que incluyen 37 piezas y 26 dibujos, y estará abierta hasta mayo en la Casa de Museo de Venezuela en Beas, España, y en el mes de septiembre abrirá una gran retrospectiva en el Museo Provincial de Huelva, Andalucía, con más de 200 obras.
"Teníamos que volver a caminar. En el 2006 tuve una gran exposición en el Museo de Biel de Holanda, que se suponía era el cierre de mi carrera. Como uno nunca es profeta en su tierra me estaban haciendo un buen reconocimiento. Salí de Holanda cuando tenía 22 años y volví con 80, por la puerta grande", dice con gran nostalgia el escultor holandés-venezolano, Zitman.
Ahora va a la reconquista de Europa con escala cinco estrellas en España. Y la responsabilidad de que el maestro Zitman detuviera su despedida en el tiempo es del director de la Casa de Museo de Venezuela, Carlos Armas, a quien conoció cuando le restauró el techo de su casa.
"No pensaba hacer una nueva exposición después de Holanda, porque ese era un cierre para mí. Emocionalmente, mi trabajo terminaba allí. Pero Carlos me propuso que lo ayudara en la propuesta de Museo en Beas. Y era algo que tenía que hacer. La gente tenía que enterarse. ¡Un museo venezolano en España!", dice entusiasmado.
Según Carlos Armas, Cornelis Zitman no se podía morir sin reconquistar España. "No veía la necesidad de hacer una retrospectiva de Zitman que no fuera itinerante, pues de Huelva irá a mediados del 2009 al Centro Cultural Conde Duque de Madrid, al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y al Museé Maillol de París", adelanta.
Para el maestro Zitman quizás fueron las circunstancias o las manos de Dios las que hicieron que sus esculturas se encontrarán en Holanda desde 2006. Para que desde allí partieran a España y se diera inició a esta aventura -que también lo llevará a Francia y posiblemente a Italia- que por momentos asusta al maestro, que reconoce que solamente asistirá a las inauguraciones.
En realidad, ver su agenda tan cargada con la muestra Zitman conquista España asusta al maestro. Aunque reconoce que ha trabajado toda su vida, ahora se asusta.
"Ya no soy un niño. Tengo 82 años. Pero sé que ellos (los encargados de la itinerante) están tratando de que yo tenga hoy más alegrías que tristezas, pues a mí me tomó por sorpresa darme cuenta que soy viejo. ¡Me tomó por sorpresa la vejez! Que solamente me quedan cinco o 10 años de vida", dice con gran tristeza el maestro Zitman.
Pero él no quiere que las personas se depriman por su culpa. Quiere ser feliz. "La gente no merece mi depresión. A los 14 años me di cuenta que la gente moría. Y le dije a mi mamá que la vida era un 'juego sucio'. Para qué nacemos si tenemos que morir".
Y la mejor manera que tiene el maestro de ser feliz es encontrando un final feliz para su historia. Para su cuento de hadas con su esposa Vera Roos. Para las mujeres que nacieron en su casa. "Yo hablé con mi esposa. Y lo nuestro es un gran cuento, que tenemos que encontrarle un gran final", remata Zitman.
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