El gobierno japonés ha extendido el perímetro de seguridad en torno a la central de Fukushima. Las autoridades han ordenado la evacuación forzosa de la población en un radio de 30 km, 10 km más que ayer. La medida afecta a unas 140.000 personas, que se suman a las más de 70.000 que ya han sido trasladas a zonas seguras por residir en las cercanías del complejo atómico.
Todos los evacuados son sometidos a pruebas de contaminación radiactiva antes de ser realojados en centros de acogida. La calma con la que la población sigue el curso de los acontecimientos es sólo aparente:
“El poder nuclear es el más aterrador, incluso más que un tsunami”, se quejaba un evacuado. “El gobierno, el partido en el poder, las aministraciones… nadie nos dice nada, nadie cuenta a los ciudadanos qué está pasando realmente”, sentenciaba.
A los evacuados por el peligro atómico se suman los cientos de miles de desplazados por el tsunami.
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