El embargo de Estados Unidos contra Cuba, que acaba de cumplir medio siglo, sometió a los cubanos a penurias increíbles, pero también los obligó a desarrollar al máximo el ingenio, "inventar", lo que los sociólogos denominan una 'cultura de la sobrevivencia'. AFPTV entrevista a un paciente del Instituto Oncológico de La Habana.
El 50 aniversario del embargo a Cuba divide a la comunidad exiliada
Tras el fin de la URSS, el "bloqueo" ha pasado a ser un asunto menor sin relevancia | Los exiliados más conservadores hablan de fracaso pero apoyan las medidas
La terraza del Versailles, en la calle Ocho de Miami, en la Pequeña Habana, recuerda lo que eran los cafés de antes. Este no es lugar para tecnócratas que se encierran en la burbuja del Mac o del iPad.
Aquí aún se habla con el apasionamiento del cara a cara, del roce, lejos de la frialdad on line.
Esta es la memoria viva del exilio cubano, la de los protagonistas de la primera diáspora. Un sinfín de historias, de cuentos que dicen ellos. Silverio Menéndez llegó en diciembre de 1961. Tiene una teoría para justificar el inacabable régimen castrista. "Fidel es un tapado de Estados Unidos".
Insiste en que al jefe de los barbudos lo utilizaron como excusa para romper el gravoso pacto de la compra de azúcar que EE.UU. firmó con Cuba en 1948.
A Juan Carbonell, hombre dedicado a los medios de comunicación, viejo amigo y colaborador en la Fundación Nacional Cubano Americana del venerado Jorge Mas Canosa (falleció en 1997), le preocupa "el gobierno mundial" que está montando la banca internacional. "Los financieros –sostiene– quieren dominarnos. Han empezado por Europa".
En este universo, ni Cuba ni Fidel pintan nada. ¿Qué pasa con el embargo?, pregunta inevitable al aroma del cafecito. "Una bobería, no ha funcionado nunca", replica el escultor Joaquín López.
–¿Entonces, mejor levantarlo?
–Nooo.
La respuesta negativa, mayoritaria en este enclave dominado por los más veteranos, contrasta con la aceptación de que, si la medida sigue vigente medio siglo después, resulta una prueba más que evidente de su fracaso.
"Es absurdo, no funciona", sentencia el profesor Ambler Moss, ex miembro de las administraciones Carter y Reagan, y de pasado diplomático en Barcelona (habla un muy buen catalán).
"Se mantiene –afirma– porque, con la caída de la Unión Soviética, carece de importancia en la política exterior de Estados Unidos. Se ha convertido en una cuestión de política doméstica, sin un interés real por acabar con los Castro. Si realmente lo desearán, sólo hay que ver lo que ha pasado en Libia o Iraq".
Ayer se cumplieron 50 años de aplicación del embargo decretado sólo cuatro días antes por el presidente Kennedy. Su decisión de "cierre total" coronó la cima de una escalada iniciada por Eisenhower, a medida que Fidel Castro empezó a nacionalizar bienes estadounidenses y después del fracaso de reconquista con la operación de Bahía de Cochinos.
Desde aquella fecha, nueve presidentes han pasado por la Casa Blanca. La vida sigue igual.
O casi. Estudios recientes de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por su siglas en inglés) indican que la postura contra el embargo crece cada vez más dentro de la propia comunidad del exilio. Las nuevas generaciones, menos politizadas, las que todavía conservan familia a sólo 150 kilómetros de distancia, se atreven a decir no.
Sin embargo, pese a que las encuestas establecen casi un 50 a 50, la derogación de esta medida emerge como un tabú. Lo es, pese a que, como reconoce Pepe Hernández, actual presidente de la citada fundación, "ni es total, porque la aplica EE.UU. de forma unilateral y ni siquiera esto, puesto que es el quinto socio comercial de Cuba". La excepción a la norma se fundamenta en el concepto de bienes de primera necesidad, medicinas o productos agrícolas. La transacción sólo es factible con pagos en metálico.
Así, el embargo aún resulta un sinsentido mayor. "Si me explicas la Inmaculada Concepción yo te explico cómo ha funcionado el embargo", ironiza Joe Garcia, ex subsecretario de Energía de la Administración Obama, ex presidente del Partido Demócrata de Miami y candidato al Congreso.
"En política, uno aprende que nunca se discuten temas religiosos y el embargo lo es. Ha definido a la comunidad, es el rencor, el sentir de que hacemos algo. Pero nadie puede decir que ha funcionado. La gente dice que cree en el embargo, no que funcione".
Según Pepe Hernández, todos los presidentes estadounidenses dejan en suspenso cada seis meses la prerrogativa de imponer sanciones a terceros (Europa) si mantienen relaciones comerciales con Cuba. Para él, el único valor del embargo es "el de una carta que jugar en la negociación".
El profesor catalán Joaquín Roy, con más de tres décadas en la docencia estadounidense y autor de libros y estudios sobre el asunto, le ve otra perspectiva. "El embargo es el gran éxito de la revolución cubana. Le ha dado la excusa perfecta para culpar a Estados Unidos de sus problemas sociales y económicos".
El deshielo
1977
Carter abre una oficina de intereses en La Habana
1980
Cuba permite a 125.000 personas emigrar a EE.UU.
1993
Se endurece el embargo. Cuba legaliza el dólar y alguna iniciativa privada
1994
EE.UU. admite 20.000 cubanos al año a cambio de que Cuba vigile el éxodo
1996
Cuba derriba a dos avionetas con anticastristas. EE.UU. aprueba la ley Helms- Burton, que sanciona a las empresas extranjeras que inviertan en la isla
2000
La justicia de EE.UU. ordena el retorno del niño Elián González a Cuba, donde le reclama su padre
2001
Condena para cinco cubanos por espionaje
2010
Obama suspende la ley Helms-Burton y suaviza el embargo
La Vanguardia
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