Empate virtual en Grecia. Los primeros sondeos a pie de urna indican una ligerísima ventaja de los conservadores de Nueva Democracia, que habría obtenido un 27-30% (contra un 18,9% obtenido el 6 de mayo), la coalición izquierdista Syriza habría obtenido entre un 26,5 y un 29,5% (había recibido un 16,8% en la elección anterior), y Pasok entre un 10-12% (en comparación con un 13,8%). La clave de la elección es sobre si los resultados de los partidos pro-rescate consiguen una mayoría para formar gobierno. El aumento de votos para Nueva Democracia y la coalición Syriza refleja que la sociedad ha extremado su polarización entre estas opciones dejando al Pasok con un porcentaje aún menor del que obtuvo el 6 de mayo. Según estimaciones de la televisión estatal griega, uno de cada tres votantes ha votado distinto a lo que votó en los comicios de hace seis semanas.
La diminuta diferencia entre las dos principales fuerzas decidirá quién obtiene los 50 diputados que pueden resultar decisivos para una eventual formación de Gobierno en el país. "Nunca había sido tan cierto el cliché de que cada voto cuenta", decía en Twitter el corresponsal de la BBC Chris Morris. El profundo derrumbe de los principales dos partidos del país, Nueva Democracia y Pasok, y el crecimiento de las fuerzas más radicales
Syriza y Nueva Democracia tienen en sus manos, en buena medida, el futuro del euro. La formación conservadora es partidaria de seguir en el euro y cumplir con los requisitos de la UE (bien es verdad que renegociándolos) y Syriza es más reacia a aceptar la dosis de austeridad impuesta por la troika —la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI— que está dejando el país en la ruina. La salida de Grecia del euro pende sobre las elecciones.
La troika insiste en que el rescate de 170.000 millones de euros pactado en marzo no puede renegociarse y que Grecia debe cumplir los requisitos para continuar recibiendo dinero. Grecia no tiene fondos para pagar a los funcionarios el mes que viene. Sin la inyección de capital, el país entraría en bancarrota y abocaría a su salida del euro.
Esa salida desordenada podríadesencadenar una tormenta económica mundial de consecuencias difíciles de prever. Tanto Nueva Democracia como Syriza pretenden renegociar ese acuerdo, conocido en Grecia como el memorándum, que está ahogando a la población: más del 20% de paro, reducción de los salarios y huida de capitales.
Tanto el líder de Nueva Democracia,Antonis Samarás, como el de Syriza,Alexis Tsipras, han ejercido ya su derecho al voto. Tras votar en Atenas, el segundo cree que “Grecia ha vencido al miedo” y que su partido “abre el camino a una Grecia de justicia social, miembro de pleno derecho de una Europa que cambia”. Tsipras lo apuesta todo a que los socios europeos no se atreverán a dejar caer a Grecia porque no pueden arriesgarse a las consecuencias. Por su parte, Samarás, que ha votado en Pylos, una localidad del Peloponeso, cree que mañana comienza "una nueva era" en el país, después de que "hoy hablen los griegos". El cabeza de lista del Partido Socialista (Pasok), Evánguelos Venizelos, lo ha hecho en Salónica, urgiendo a la formación inmediata del Gobierno: "El país debe tener un gobierno mañana, y tiene que ser un gobierno en el que se comparta la responsabilidad".
Según las encuestas, los griegos se debaten entre el deseo de seguir en la Eurozona y el hartazgo de las ineficaces curas de austeridad impuestas. Culpan al bipartidismo Pasok-Nueva Democracia, en vigor en las últimas décadas, de la corrupción que ha arruinado el país y de los engaños en las cifras macroeconómicas que han precipitado el rescate. “Es la primera vez que me siento deprimido después de votar, sabiendo que lo he vuelto a hacer por los que crearon el problema, pero no tenemos otra opción”, ha declarado a la agencia Reuters Koula Louizopoulou, profesora de 66 años.
“Es obvio que el país mira hacia el abismo”, dice el diario líder griego,Kathimerini, en un editorial en portada. Llama este diario a la formación de un gobierno de unidad encabezado por Samarás que mantenga a Grecia en el euro. El partido que consiga más votos se lleva un premio de 50 escaños extra para reforzar su mayoría, pero ni con esas está claro que pueda formarse un Gabinete, justo lo que ocurrió en las legislativas celebradas el mes pasado.
Se teme este resultado entre los líderes que acuden a la cumbre del G-20 en México, entre mañana y el martes, donde la situación de Grecia y la de España serán puntos fundamentales de la agenda. Ayer mismo, la canciller alemana, Angela Merkel, era muy clara al respecto: “Es muy importante que las elecciones griegas conduzcan a un resultado en el que los que formen Gobierno digan: “Sí, nos atenemos a nuestros compromisos”.
El líder de la coalición Syriza, Alexis Tsipras, vota en un colegio en Atenas
El líder socialista Evánguelos Venizelos saluda a simpatizantes tras votar en un colegio electoral en Tesalónica
El líder del partido conservador Nueva Democracia, Antonis Samarás (centro), llega a un colegio electoral en Pylos para emitir su voto.
Boletas con las listas de distintos partidos griegos.
Una niña introduce el voto de su padre en una urna en Salónica.
Una playa de Atenas llena de bañistas durante este domingo de elecciones
El País
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