Más de 5000 personas siguen aisladas en el suroeste de Japón, debido las lluvias torrenciales de los últimos días, que han provocado inundaciones y corrimientos de tierra.
Los muertos ascienden a 22 y hay al menos 8 desaparecidos. La mayoría perecieron el jueves cuando una avalancha sepultó 17 casas en la localidad de Aso, a los pies de un volcán. Una de las víctimas explica que en apenas un segundo el agua se llevó todo y su casa quedó destruida. "No quedó ni huella", cuenta.
En la provincia de Fukuoka, al norte de la isla de Kyushu, unas 5500 personas siguen aisladas. Helicópteros militares les suministran agua, alimentos y medicinas, y rescatan a ancianos y enfermos. Mientras tanto, las excavadoras intentan reabrir los accesos cortados por los corrimientos de tierra y la caída de árboles.
Unas 150 viviendas se han venido abajo y 800 están anegadas en toda la isla de Kyushu. La lluvia ha dado una tregua y las autoridades han retirado la orden de evacuación que habían dirigido a unas 400.000 personas, pero se mantiene la alerta.
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