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Curiosity ha aterrizado con éxito en Marte



El rover de la NASA ha comenzado ya a enviar información sobre el planeta rojo a la Tierra


Tras 36 semanas de viaje por el espacio, el robot todoterreno de la NASA, Curiosity, ya ha alcanzado el planeta rojo. Ha aterrizado con éxito, tras superar los “siete minutos de pánico” que supusieron la delicada maniobra de su llegada. A partir de ahora, el rover se dedicará a determinar la habitabilidad de Marte, a estudiar su clima y geología y a recoger datos para futuras misiones humanas. Desde la superficie del planeta rojo, “Curiosity ya nos está hablando”, afirman los responsables del proyecto. Por Marta Lorenzo.



El rover Curiosity de la NASA ya ha aterrizado en Marte, concretamente, en el cráter Gale del planeta rojo, situado en los bordes de las tierras bajas de Elysium Planitia, segunda región volcánica más grande de Marte. Se calcula que este cráter tiene entre 3,5 y 3,8 mil millones de años de antigüedad. 

El robot, cuyo objetivo es determinar la habitabilidad de Marte, estudiar su clima y geología y recoger datos para futuras misiones humanas, ha llegado al planeta rojo tras 36 semanas de viaje y comienza ahora un proceso de investigación de dos años de duración.

La nave espacial Mars Science Laboratory (MSL), que transportó al Curiosity, ha concluido con éxito el aterrizaje más complejo de los intentados en Marte. Con este logro, y según ha declarado Charles Bolden, uno de los responsables del proyecto, en un comunicado emitido por la NASA: “Las ruedas del Curiosity han comenzado a abrir camino a las futuras pisadas humanas en Marte”. 

El triunfo en siete minutos 

“Curiosity, el rover más sofisticado jamás fabricado, está ahora sobre la superficie del Planeta Rojo, en el que buscará respuestas para viejas cuestiones, como si alguna vez existió vida en Marte o si el planeta rojo podrá albergar vida en un futuro”, añade Bolden. 

La consecución ha sido posible gracias a un equipo de unas 600 personas, entre ellas 400 científicos y un equipo español que ha construido la estación meteorológica a bordo del robot. El resto son expertos de vuelo . Todos ellos han sido dirigidos por hombres y mujeres dela NASA y del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de California. 

El aterrizaje de Curiosity en Marte supone la superación de los “siete minutos de pánico” tan temidos por los responsables del proyecto: aquel intervalo de tiempo entre el momento en que el todoterreno de la NASA penetró en la atmósfera del planeta rojo y el instante en que Curiosity tocó el suelo. 

Finalmente, el rover ha conseguido aterrizar en un punto cercano al pie de una montaña de unos 4.800 metros de altura y 154 kilómetros de diámetro, situada en el interior del cráter Gale. 

Por esa razón, John Grunsfeld, otro de los responsables del proyecto señala que: “los siete minutos de terror se han convertido en siete minutos de triunfo”.


Curiosity ya habla desde el planeta rojo

En este momento, “Curiosity nos está hablando desde la superficie de Marte”, afirma el director del proyecto MSL Peter Theisinger, del JPL.

Curiosity ya ha enviado su primera imagen del planeta rojo: de un suelo rocoso situado frente al rover.

Se prevé que en los próximos días lleguen más imágenes, a medida que la misión combine las observaciones del lugar de aterrizaje con actividades de configuración del rover para el trabajo y las pruebas de rendimiento de sus instrumentos y mecanismos.

Curiosity porta 10 instrumentos científicos. Algunas de estas herramientas son las primeras de su tipo utilizadas en Marte, como un instrumento láser que se utilizará para observar a distancia la composición de las rocas.

El rover usará asimismo un taladro y una pala, situados en e extremo de su brazo robótico, para reunir muestras del suelo y de polvo del interior de las rocas, y para después cribar y dividir dichas muestras en el interior de instrumentos analíticos de laboratorio ubicados dentro de Curiosity.

Para portar estas herramientas científicas, Curiosity es dos veces más largo y cinco veces pesado que los otros robots utilizados para la investigación del planeta rojo por la NASA, el Spirit (que aterrizó en Marte en 2004) y el Opportunity (llevado a Marte tres semanas después que el Spirit).

tendencias científicas




Curiosity abrirá nuevos caminos para misiones futuras a Marte





Este robot es el primero que puede analizar muestras en busca de rastros orgánicos que pudieran delatar vida


“Si tenemos éxito habremos demostrado un nuevo camino para llevar a Marte misiones futuras, es un hito monumental”, declara Peter Theisinger, jefe de Mars Science Laboratory, poco antes del aterrizaje en Marte del robot Curiosity. Este robot es el primero que puede “digerir muestras” y analizarlas en busca de rastros orgánicos que pudieran delatar vida. “Encontrar compuestos orgánicos sería un ‘home run’ para toda la misión”, reconoce Theisinger en términos de béisbol. Por Nuño Domínguez/Materia.


En el cuartel general de la nueva misión a Marte hay una sinceridad brutal. “Hay muy pocas cosas que podamos hacer para reaccionar a una tormenta de arena”, reconoce Peter Theisinger, jefe de Mars Science Laboratory, al teléfono desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California. El aterrizaje de la misión en Marte, previsto para el lunes, lo gobierna un programa automático que deja muy poco margen para ajustes humanos de última hora. 
  
 “Sólo hemos aterrizado con éxito seis veces en Marte y esta sería la séptima”, explica Theisinger. “Si tenemos éxito habremos demostrado un nuevo camino para llevar a Marte misiones futuras, es un hito monumental”, señala. Theisinger sabe de lo que habla. Ha estado en la NASA desde 1957, años antes de que la agencia lanzase su primera misión al planeta rojo. El experto ya fue jefe de los dos anteriores robots de exploración Spirit y Opportunity, que llegaron a Marte en 2004. 
  
Por ahora, el artefacto se dirige justo al centro de la diana. Es un punto concreto en la atmósfera de Marte desde el que la nave comenzará el descenso mientras el rozamiento achicharra el fuselaje a más de 2.000 grados. Si todo va según lo programado, Curiosity, el robot de exploración marciana más avanzado de la historia, se posará siete minutos después en la zona acordada: una elipse de 20 kilómetros de largo y siete de ancho, lo que no está mal para un tiro de 560 millones de kilómetros. 

Tiempo perfecto: helado y seco 

“El margen de error actual para la entrada en la atmósfera es de 300 metros y un par de décimas de segundo”, explica. “Si aumenta en unos cientos de metros o llega a uno o dos segundos podríamos modificar el punto y el momento de entrada”, añade. Esa es una de las pocas maniobras que permite el sistema de entrada. La otra permite cambiar ciertos parámetros de descenso una vez dentro de la atmósfera marciana para intentar capear el mal tiempo, si lo hay. 

“Esperamos un tiempo frío y seco, justo lo que queremos”, añade Theisinger. Esta semana la NASA detectó una tormenta de polvo al sur del cráter Gale, donde debe aterrizar Curiosity. Pero ayer las nubes se habían disipado casi por completo y el tiempo marciano parece estar cooperando desde entonces. Tal y como están las cosas, tendría que haber “un cambio enorme” de las condiciones meteorológicas para que el control de la misión tenga que modificar la trayectoria, reconoce el experto. Con todo, la posibilidad de éxito es de más del 98%, según cálculos extraoficiales.
 
El aterrizaje sigue previsto para las 7:31 del lunes hora peninsular española y la primera confirmación de éxito llegará uno o dos minutos más tarde. El mensaje no lo mandará el propio Curiosity, sino la sonda Odyssey, que orbita el planeta rojo. Si esta nave no capta la señal, habrá que esperar dos horas para tener confirmación. A esa hora se espera también la primera postal desde Marte del Curiosity en forma de foto en blanco y negro.
 
Ninguna de las misiones que ha visto Theisinger eran capaces de hacer lo que hará Curiosity. Este robot es el primero que puede “digerir muestras” y analizarlas en busca de rastros orgánicos que pudieran delatar vida. “Encontrar compuestos orgánicos sería un ‘home run ’ (batazo) para toda la misión”, reconoce Theisinger en términos de béisbol.
 
Pero el laboratorio en las entrañas del Curiosity no es tan sofisticado como los de la Tierra y esas pruebas tendrían que ser confirmadas antes de poder anunciar que hay vida en Marte o que la hubo alguna vez . “Esta misión, como todas las anteriores, acumulará muchos conocimientos científicos pero también nos aportará nuevas preguntas que sólo se podrán responder con nuevas misiones”, concluye el experto.

Los 5.000 padres del 'Curiosity'
 
Cuando el Curiosity aterrice mañana en Marte el aparato tendrá detrás un equipo de unas 600 personas, explica Peter Theisinger. Unos 400 son científicos, incluyendo un equipo español que ha construido la estación meteorológica a bordo del robot. El resto son los expertos de vuelo, cuyo trabajo finalizará en unas horas, y los de la misión de superficie, que se preparan para tomar el relevo una vez el coche pose sus ruedas en el cráter Gale. Son en torno a 70 personas encargadas de controlar y manejar el que puede ser el coche más caro de la historia (la misión MSL ha costado unos 1.900 millones de euros). Hace unos años, cuando la construcción del Curiosity estaba en su auge, había unas 5.000 personas involucradas en el proyecto, asegura Theisinger. 


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