En una entrevista exclusiva a RT, Bashar al Assad, presidente de Siria, habla del papel desestabilizador que desempeña Occidente en el conflicto sirio, revela por qué algunos países temen declarar su apoyo al Gobierno, bajo qué condiciones se puede llegar a la paz y qué pasaría en caso de una intervención extranjera.
El mandatario dejó claro que el problema del conflicto sirio no es entre el pueblo y él y los que están en su contra son EE.UU., Occidente, varios países árabes y Turquía.
"Occidente siempre crea enemigos. En el pasado fue el comunismo, luego el islam y después fue Saddam Hussein, por otras razones. Y ahora quieren representar en Bashar, un nuevo enemigo; por eso dicen que el problema es el presidente y que por eso debe irse", opinó Al Assad.
Al mismo tiempo, precisó que Siria "es el único lugar donde puedo estar", descartando la posibilidad de que en un momento pueda buscar refugio en el extranjero. "Yo no soy un pelele y no fui hecho por Occidente para ir a Occidente o a cualquier otro sitio. Soy sirio, soy de aquí y tengo que vivir y morir en Siria", aseveró.
En las entrañas del conflicto
Para Al Assad quien sigue al mando de un país sacudido desde más de un año y medio por un violento conflicto interno, su mayor enemigo es el "terrorismo". "La cuestión no es que yo permanezca [en el poder] o me marche, sino que el país sea seguro o no […]. No estamos en una guerra civil. El asunto tiene que ver con el terrorismo y el apoyo del que gozan los terroristas desde el exterior para desestabilizar a Siria", acentuó.
"Ahora en el presente caso nos enfrentamos a un nuevo tipo de guerra, donde se ejerce el terrorismo por delegación, tanto a mano de sirios que viven en Siria o combatientes extranjeros venidos desde el exterior", dijo y matizó que a pesar de que hay algunas divisiones en el país, eso no significa que haya una guerra civil.
El fin del conflicto
Al Assad se abstuvo de pronosticar cuándo acabará el conflicto. Según él, ponerle fin sería "una cuestión de semanas" si se cortara el envío de combatientes extranjeros de diferentes partes del mundo, "especialmente de Oriente Medio y el mundo musulmán" y el envío de armas a esos terroristas. "Pero mientras continúen los suministros logísticos a los terroristas, será una guerra prolongada", agregó.
Destacó que su deber es ser la persona que ponga fin al conflicto y recupere la paz y comentó que espera lograrlo, sea por medios bélicos o a través de la negociación. “Yo siempre he creído en la diplomacia y creo en el diálogo incluso con aquellos que no entienden el diálogo o no creen en él. Debemos seguir intentándolo", puntualizó.
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