En los festejos por el triunfo ante Alemania, el tandilense estuvo presente; Jaite insistió en que lo llamará, pese a que el tandilense renunció por este año. Por José Luis Domínguez
La Argentina sigue adelante en la Copa Davis; sacó adelante una serie muy complicada y, además del boleto a los cuartos de final contra Francia, se aseguró, una vez más, la permanencia en primera. Pero, además de lo estrictamente deportivo que encerraba este duelo contra Alemania, había otros desafíos. El capitán Martín Jaite se desahogó con todo tras las tensiones que acumuló durante los últimos dos meses. Porque, más allá de los inconvenientes concretos para esta serie -un rival difícil, jugadores con problemas físicos hasta pocos días antes de jugar-, el problema mayor era la ausencia de Juan Martín del Potro, el hombre que Jaite, cuando asumió, consideró su as de espadas; luego de marcadas diferencias y mensajes cruzados, el tandilense, el 28 de diciembre pasado, anunció su baja de la Davis por todo el año. Y lo hizo de manera contundente, sin dar lugar a futuras especulaciones. Pero ayer, en Parque Roca, quedó la impresión de que, aun sin haber integrado el equipo? Del Potro estuvo presente.
¿Cómo es esto? Algunas palabras y gestos reflejaron que, lejos de curarse, las heridas siguen abiertas. Una certeza que dejó la semana es que, en los entrenamientos y en la convivencia, al equipo argentino se lo vio unido, mostrando un compromiso conjunto para alcanzar el objetivo, dentro de un ambiente distendido? todo lo contrario de lo que sucedió en la semifinal del año pasado contra la República Checa. Durante la semana, los jugadores y el capitán insistieron en el buen clima que se vivió; una manera indirecta -o no- de marcar diferencias con otros momentos. Ayer, el capitán contó: "Es lindo ganar como lo hicimos. Tuvimos nueve días de convivencia, haciendo un muy buen grupo entre los que jugaron y los que estaban afuera: entrenadores, cuerpo técnico... Pero Del Potro siempre está incluido, siempre tiene las puertas abiertas".
Las referencias hacia la Torre tandilense llegaron ayer, con momentos puntuales: desde fuera del vestuario se escuchó cómo el equipo cantaba "¿Y Delpo dónde está?" y que el triunfo "E s para Delpo que lo mira por TV"; luego, en la conferencia de prensa, se consultó si Del Potro había enviado algún mensaje de felicitación por el triunfo, a lo que Jaite respondió: "Por ahora, no recibí nada"; Nalbandian ensayó un gesto de sorpresa y se rió, y Zeballos tomó el micrófono, y disparó un irónico: "¿Quién?"
Un rato después, Del Potro, a través de su cuenta de la red social Twitter, envió un mensaje formal: "Felicitaciones a los jugadores, capitanes y cuerpo técnico por la victoria ante Alemania"; también le dejó un mensaje privado a Mariano Zabaleta, su coterráneo y subcapitán. Vale destacar que Del Potro, luego de perder en la tercera rueda del Abierto de Australia, regresó a nuestro país; pasó unos días en la costa atlántica y esta semana volvió a entrenarse, primero en un club de Palermo, y también en una cancha techada de Buenos Aires, y este fin de semana descansó en Bolívar y en Tandil. Está previsto que su vuelta al circuito se produzca dentro de unos diez días, en el torneo de Rotterdam, donde será el segundo preclasificado, detrás de Roger Federer.
Pero, más allá de la actualidad de Del Potro, no hay misterios: su relación con buena parte, o casi todo el equipo, es mala, o nula. Jaite insistió en que el número 7 del ranking puede volver a ser parte del plantel cuando quiera, pero la realidad es que no hay manera de que Delpo vuelva a jugar la Copa Davis, por lo menos en el corto plazo, y salvo que se produzca un volantazo inesperado; por un lado, porque la Torre ya tomó su decisión y no hay ninguna razón que haga pensar que la vaya a cambiar, y por el otro, porque quedó visiblemente expuesto cómo el clima interno cambió de una manera sustancial. Las diferencias están claras, aunque de un lado y del otro hay una certeza de la importancia que tiene Delpo para el futuro de la Argentina dentro de la Copa Davis.
Así, su ausencia dispara un interrogante excluyente: ¿se puede vencer a la poderosa Legión Francesa sin Del Potro? Jaite responde: "Sí, obviamente es difícil, con Del Potro tenemos un potencial mayor. Y hasta sería una sorpresa que ganemos, pero podemos dar la sorpresa". El capitán lo llamará, pero entiende que la decisión depende exclusivamente del tandilense: "Yo creo que la Copa Davis, de por sí, es un torneo que seduce. Por lo menos a mí, como jugador, me seducía jugarla. Juan Martín ya dijo que no va a estar por todo el año, pero puede cambiar de parecer, y tranquilamente puede estar. Yo le voy a preguntar si tiene ganas de jugar en abril".
La situación tampoco es sencilla para Jaite; los cruces dialécticos con el principal jugador del país lo obligaron a un protagonismo excesivo que lo incomodó. "Estos fueron dos meses con una exposición que no tenía ganas de tener, ni el puesto que tengo merece semejante exposición". En esta serie consiguió su propósito de conformar un grupo, pero sabe que, en lo que queda del año, deberá convivir con la ausencia de la carta principal que tiene la Argentina. Una ausencia que, por lo visto, aún proyecta una sombra imposible de ignorar.
La nación
Comments