La letra de la canción Prometeo encadenado es un extracto de la obra "Prometeo encadenado" del autor griego Nikos Kazantzakis.
¿Quién era Prometeo?
Prometeo fue uno de los titanes de la mitología griega. Cuenta la leyenda que Prometeo hurta la sabiduría a la diosa Atenea, y entregó al hombre la lógica. Enseguida, robó el fuego del taller de Hefesto y se lo regaló al hombre, que empezó a calentarse, a vivir y a crear con el fuego. Prometeo tomó al género humano bajo su protección y le enseñó todo lo que sabía. No obstante, Zeus al enterarse de que había dado al hombre tales dones, que ya alcanzaba a asemejarse a los dioses, montó en cólera contra él, por ello, dirigió sus iras contra Prometeo y lo castigó duramente; le hizo encadenar en un monte, en los límites de Universo. Allí llegaba todas las mañanas un águila que le roía el hígado. Durante la noche, volvía a crecerle el hígado y el águila volvía de nuevo, al día siguiente a cumplir su cruel operación. Treinta años más tarde, Hércules liberó a Prometeo de tal cruel suplicio.
El mito de Prometeo es uno de los más logrados de la antigüedad y definitivamente es uno de los mitos griegos más interesantes, en relación directa a la verdad que contiene, es el que tiene por protagonista al titán Prometeo, el gran benefactor de la humanidad. El nombre Prometeo significa el pre-vidente, el que prevé o que se anticipa a los hechos.
Prometeo es la viva imagen de la obstinación y la rebeldía, tiene la capacidad de conocer el futuro, la figura trágica de Prometeo, rebelde contra la injusticia y la tiranía, constituye el símbolo de la humanidad más arraigado en la cultura occidental. Prometeo es el héroe mitológico que ha sido visto como símbolo de la liberación y la solidaridad de los seres humanos.
El mito es fuerte, es palpitante. Vemos la resignación de Prometeo, digno, firme, desafiante. El dolor no asusta a Prometeo, porque el amor da sentido a sus padecimientos. Y le hace más fuerte, más poderoso aún que el primero de los dioses.
Epitafio
Los versos al final de esta canción Nada temo, nada espero, soy libre, corresponden al epitafio escrito en la tumba del poeta griego Nikos Kazantzakis, quién está sepultado en la isla de Creta.
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