Un país no está constituido sólo por el territorio, sociedad y gobierno, sino también por una actividad constante de articular sentidos, crear sistemas simbólicos (u órdenes de sentido) capaces de generar lealtades y vínculos que gravitan en el ámbito de la cultura. Es en esta perspectiva que la cultura es un campo en disputa y que en determinados momentos históricos ella reconoce ejes unificadores, sean éstos de carácter social, de etnia, de género, o simplemente ideas-fuerza. En este plano la cultura va generando identidades, pertenencia, enraizamiento, origen y destino, pasado, proyecto y futuro.
En Hispanoamérica lo que la literatura especializada llama intelligentzia, vale decir los intelectuales, políticos y creadores, ha sido un segmento muy activo en la elaboración simbólica y en el perfilamiento de ejes semánticos, de allí su rol como conciencia nacional precursora, anunciadora e incluso provocadora de cambios. Ha habido también momentos de osmosis entre la intelligentzia y el mundo popular; la intelligentzia ha desempeñado un papel importante en la constitución de un imaginario colectivo, entendido éste como un imaginario cultural, pero también como una postura que desde las aspiraciones de distintos sectores sociales busca transformar la realidad, una apuesta en que late una vocación por la construcción histórica de una utopía...
Bernardo Subercaseaux
Historia de las ideas y de la cultura en Chile
La imagen es una pintura (oleo sobre tela) del artista José Gil de Castro y corresponde a Ramón Martínez de Luco y Caldera y su hijo José Fabián del año 1816 y que está en el Museo Nacional de Bellas Artes-
Ahora se esta exhibiendo en el Museo Nacional de Bellas Artes dentro de la exposición (EN)CLAVE MASCULINO y la capté, el 17 de mayo pasado en una visita guiada a esta muestra durante el Día Internacional contra la homofobia y la transfobia
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