Igual que Mortadelo y Filemón, Zipi Zape o Hulk, Arrugas, el último cómic de Paco Roca, será llevado a la gran pantalla en 2D por los productores de cintas de animación tan conocidas como El lince perdido o El bosque animado. Así lo confesó ayer el autor en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez durante su encuentro con los medios, después de hacerlo con los jóvenes de Salamanca. “No se cómo será su adaptación, pero me conformo con que haga ver la realidad que yo intento mostrar en el cómic”.
ELENA REVILLA
Paco Roca, Premio Nacional de Cómic 2008, llegó ayer a la Fundación dispuesto a convencer a los jóvenes de las bondades de este género, “que puede hablar de cualquier cosa, como la literatura o el cine, pero de una forma que desde otros medios no se puede tratar”, y cuyo lenguaje es “muy natural y apropiado para hacer llegar historias no sólo de superhéroes o de manga, sino también sociales, por muy áridas que sean”.
Ese es el caso de Arrugas, un trabajo sobre la vejez y el Alzheimer, “temas poco tratados por la literatura”, según el valenciano, y que él ha escrito gracias a sus propias vivencias y a las de un amigo. También a sus horas al lado de los familiares, médicos, enfermeras y, por supuesto, de los ancianos que habitan en diversas residencias, “olvidaderos o guetos”. Todo este trabajo de recopilación de información es lo que le ha llevado a reflexionar que “en el fondo, somos lo que hemos vivido y una enfermedad capaz de borrar todo eso, es duro de entender”.
Por eso, para ayudar a comprenderla, ha querido que en su libro también haya páginas en blanco y esté muy presente la soledad, la sensación de utilidad que ellos quieren seguir teniendo y las cosas que se repiten entre los mayores. Pero sobre todo, y dejando la crítica a un lado, lo que Roca intenta con Arrugas es “que la vejez deje de ser un tema olvidado y los ancianos unos marginados”, pues la primera “es sabiduría y una etapa de la vida que hay que afrontar”, y “los mayores son necesarios”, dijo.
En este sentido, “los medios de comunicación y las grandes superficies, no sólo las tiendas especializadas, están jugando un papel importante a la hora de acercar los cómics a todo tipo de lectores, no sólo a los jóvenes”, concluyó.
Tribuna.net
ELENA REVILLA
Paco Roca, Premio Nacional de Cómic 2008, llegó ayer a la Fundación dispuesto a convencer a los jóvenes de las bondades de este género, “que puede hablar de cualquier cosa, como la literatura o el cine, pero de una forma que desde otros medios no se puede tratar”, y cuyo lenguaje es “muy natural y apropiado para hacer llegar historias no sólo de superhéroes o de manga, sino también sociales, por muy áridas que sean”.
Ese es el caso de Arrugas, un trabajo sobre la vejez y el Alzheimer, “temas poco tratados por la literatura”, según el valenciano, y que él ha escrito gracias a sus propias vivencias y a las de un amigo. También a sus horas al lado de los familiares, médicos, enfermeras y, por supuesto, de los ancianos que habitan en diversas residencias, “olvidaderos o guetos”. Todo este trabajo de recopilación de información es lo que le ha llevado a reflexionar que “en el fondo, somos lo que hemos vivido y una enfermedad capaz de borrar todo eso, es duro de entender”.
Por eso, para ayudar a comprenderla, ha querido que en su libro también haya páginas en blanco y esté muy presente la soledad, la sensación de utilidad que ellos quieren seguir teniendo y las cosas que se repiten entre los mayores. Pero sobre todo, y dejando la crítica a un lado, lo que Roca intenta con Arrugas es “que la vejez deje de ser un tema olvidado y los ancianos unos marginados”, pues la primera “es sabiduría y una etapa de la vida que hay que afrontar”, y “los mayores son necesarios”, dijo.
En este sentido, “los medios de comunicación y las grandes superficies, no sólo las tiendas especializadas, están jugando un papel importante a la hora de acercar los cómics a todo tipo de lectores, no sólo a los jóvenes”, concluyó.
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