El Bolshoi restaurado y modernizado abrirá sus puertas al público mañana 28 de octubre. El teatro obtuvo una parte subterránea. Fueron restaurados los interiores históricos. A Apolo, que está en su techo, le fue devuelta su corona de laurel perdida hace tiempo. Pero lo más importante es que Bolshoi haya recuperado las singulares propiedades acústicas que tenía en el siglo XIX.
En julio de 2005, la compañía del Bolshoi abandonó por primera vez en 150 años su edificio histórico, donde comenzó la reconstrucción.
Según el plan inicial, el Bolshoi tenía que abrirse en 2008. Luego se dijo que en 2009. Pero esta fecha tampoco se cumplió, el volumen de obras resultó ser demasiado grande.
Gracias a la reconstrucción, el teatro obtuvo unos 30 mil metros cuadrados adicionales, incluida una sala subterránea de conciertos y ensayos, para unas 250-300 localidades, que se ubica debajo de la plaza Teatrálnaya.
En abril de 2010, fue acometida la restauración de las molduras que databan de 1856, año en que el edificio fue reconstruido tras un incendio.
El logro más importante de la restauración fue el mejoramiento de las propiedades acústicas del teatro.
Los bajorrelieves con la imagen del escudo de la Unión Soviética en la fachada del Bolshoi y sobre su palco central, el “del zar”, fueron sustituidos por los del escudo histórico de Rusia de 1856 (en la foto).
En 2010 fue quitado el andamiaje de la fachada del Bolshoi, la que recuperó el aspecto que le había dado el arquitecto Albert Kavos en 1856.
El 6 de agosto de 2010, se abrió el principal símbolo del Bolshoi, la cuadriga de Apolo, obra de Piotr Klodt.
El patrono de las musas apareció con su corona de laurel en la mano derecha, tapado con hoja de parra. Esos elementos fueron perdidos, pero se veían bien en una foto del siglo XIX, por lo que los restauradores decidieron restablecerlos.
Da la impresión de que en el Bolshoi no ha quedado ni un rincón sin restaurar. Fueron remozadas y blanqueadas sus columnas, que se habían cubierto de unas manchas salinas durante un siglo y medio de su existencia
La restauración del famoso plafón “Apolo y las musas” llevó unos meses.
La sala principal recuperó su adorno más importante, la famosa araña grande, que fue fijada al techo en junio pasado.
Las salas y los palcos del Bolshoi fueron guarnecidos con telas fabricadas a mano según tecnologías usadas en manufacturas del siglo XIX.
Las obras de restauración literalmente salvaron al principal teatro del país, que estaba a punto de sucumbir. Actualmente, sus salas tienen el mismo aspecto que en el siglo XIX.
Durante la ceremonia inaugural, en el escenario histórico del Bolshoi actuarán estrellas de ópera y ballet, incluidos cinco solitas de ópera invitados de fama mundial.
RIANOVOSTI
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