Madrid, 24 ene (EFE).- Un automatismo robotizado se introducirá en las entrañas del Guernica para realizar el estudio más exhaustivo de los realizados hasta el momento sobre el estado de conservación de la obra de Pablo Picasso, en el año en que se cumplen sus 75 años.
Con el nombre de "Viaje al interior del Guernica", el proyecto, patrocinado por Fundación Telefónica, permitirá disponer de información infinitamente más precisa y penetrar en sus distintas capas con el fin de recrear la superficie y descubrir aspectos hasta ahora desconocidos respecto a su gestación, materiales y técnicas, estado de conservación, etc.
Un robot tomará más de 24.000 fotografías del cuadro: se digitalizará, se escaneará en 3D y se recreará virtualmente
DURANTE LOS PRÓXIMOS 6 MESES
Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, descarta que el famoso cuadro se mude de su actual residencia para trasladarse al Prado
La más avanzada tecnología diagnosticará el estado de conservación del lienzo
El Museo Reina Sofía conmemora este año el 75 cumpleaños de su cuadro más famoso, que es también el más codiciado: hace escasos días, el director del Prado, Miguel Zugaza, reclamaba el 'Guernica' para sus salas en una entrevista a este periódico. Un traslado descartado de plano por quienes lo albergan actualmente, que siempre se han escudado en su delicado estado para sostener su negativa. ¿Simple excusa o razón de peso? A lo largo de los próximos seis meses, un sofisticado robot chequeará la salud del famoso lienzo para averiguarlo.
El estudio, presentado ayer como 'Viaje al interior del Guernica', será el más exhaustivo realizado por el departamento de conservación del museo hasta la fecha y usará la tecnología más avanzada, diseñada ex profeso para el magistral cuadro de Picasso.
El robot, de nueve metros de largo y 3,5 metros de alto, está controlado por ordenador y se desplaza ante su superficie con precisión más que milimétrica: el margen de error es de 25 micras. Incorpora diferentes sensores y cámaras que, durante el proceso de digitalización del cuadro, aportarán millones de imágenes en altísima resolución y datos precisos, muchos de ellos desconocidos hasta ahora. Las fotografías se realizarán utilizando los últimos avances tecnológicos en luz visible, infrarrojo multiespectral, luz ultravioleta, reflectografía espectral y escaneado en 3D. «Los estudios nos permitirán saber también el estado exacto del cuadro», apuntó el jefe de Conservación y Restauración del museo, Jorge García-Tejedor.
Desde 1998, año en que se realizó el último estudio a fondo del 'Guernica', las técnicas de restauración y estudio han evolucionado de forma drástica. Por este motivo, la construcción de este robot cartesiano, financiado por la Fundación Telefónica, se va a convertir en una herramienta imprescindible para este viaje a las entrañas del cuadro. «El diseño es para este cuadro. No conozco otro en el mundo», aclaró García-Tejedor.
Además de las fotografías en toda su profundidad y con todos los matices, se verá la evolución del cuadro. Los restauradores conseguirán adelantarse a su deterioro y trabajar en su conservación de forma más exacta y eficaz.
No se moverá
Sea cual sea el diagnóstico, el 'Guernica'seguirá colgando por mucho tiempo en la que ha sido su casa durante las últimas dos décadas, a pesar de los argumentos expresados por el director del Prado. Así de claro lo ve Manuel Borja-Villel, homólogo de Zugaza en el Reina Sofía, que usó la diplomacia para mantener los deseos de su colega en la categoría de sueños irrealizables.
El máximo dirigente del Reina Sofía desplegó sus razones para evitar que su principal reclamo vaya a codearse con los 'velázquez' y los 'goya' del Prado. «A mí también me gustaría tener cuadros de otros museos. Pero este es un tema que se cerró hace veinte años, cuando se creó el Reina Sofía. No hay discusión posible», zanjó Borja-Villel.
Además, añadió, el 'Guernica' no está solo. «Está en el pabellón de la Guerra Civil, de los años treinta y las vanguardias. De marcharse, habría que cambiarlo todo», señaló.
Para restar agresividad a su rotunda negativa, recordó que estas fricciones sobre la ubicación más idónea de obras de arte se han producido también entre las principales pinacotecas de Londres o Nueva York y que es algo casi normal. Y su relación con Zugaza, como la de las instituciones que dirigen, «es muy buena», aseguró. Borja-Villel entiende las pretensiones de Zugaza porque «todo director busca lo mejor para su museo». Aunque a veces sea a costa del vecino.
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