Retornando y recordando a Mafalda, personaje creado por Quino, que nació en un día como ayer, pero del año 1962

Curiosamente, Mafalda tuvo objetivo inicial diferente al que conocemos hoy en día: una campaña de publicidad para la empresa de electrodomésticos, Siam di Tella. Específicamente, de una submarca: Mansfield. En aquel entonces, Siam di Tella se trataba de la mayor empresa industrial de America Latina, famosa por sus productos.

Joaquín Salvador Lavado Tejón - conocido por todos como Quino - ya llevaba cerca de 10 años trabajando en el humor gráfico.

Le encargaron una publicidad que consistía en tiras cómicas para los diarios en las que se mostrara en dibujos la vida de una familia que utilizaba los electrodomésticos Mansfield. La empresa solicitaba como condición que en la historieta aparecieran algunos electrodomésticos y que los nombres de los personajes comenzaran con M. Así fue como surgió el nombre de Mafalda.

Los periódicos rechazaron aquella publicidad, porque se confundía con los contenidos propios, y los personajes creados por Quino tuvieron que esperar otro momento para surgir. En 1964, ya sin propósito comercial, los volvió a la luz y así surgió en el periódico porteño Primera plana la tira de más éxito de la historia en lengua española, que después se publicaría en diarios de todo el mundo.

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Nació el 15 de marzo de 1962. Y no lo hizo para el arte. Tampoco para jugar en un cuadrito de historieta. Su origen tuvo que ver con la publicidad. Y con la necesidad de supervivencia de Quino, su creador.   

Disruptiva, rebelde, sensible. Sueña con un mundo mejor, con justicia social, paz y democracia. No se cansa de denunciar, generalmente a través de preguntas que interpelan lo establecido e incomodan al mundo adulto, aquello que no funciona. Es el “deber ser” del autor, todo aquello que Quino deseaba para el mundo de los años 60.

Auténtica, incómoda, Mafalda tenía sólo cuatro años en el inicio de la tira. Pronto comenzó a cuestionar el universo familiar a través de interrogantes que dejaban sin palabras a sus padres. Promotora de los derechos de la mujer, interpela las convenciones y el conformismo de la clase media. 

Odia la sopa, aunque a Quino le gustaba. En esto también aparece su autor, quien la utiliza “como metáfora del militarismo y la imposición política”. Ama a los Beatles, los panqueques y al Pájaro Loco. Mafalda expresó a una generación que quería transformar el mundo.

La niña terrible y sus amigos interpelaron al país y al mundo con su irreverencia durante casi una década, hasta que el 25 de junio de 1973 el semanario “Siete días ilustrado” la publicó por última vez.

Pero Mafalda se las ingenió para seguir viva. Sus preguntas incómodas, sus ideales de justicia y libertad, sus sueños de un mundo mejor, todavía resuenan entre nosotros.

Cadena 3