Por primera vez en dos años, la Plaza de los Rehenes en el centro de Tel Aviv estalló en celebraciones el jueves al difundirse la noticia de un acuerdo histórico entre Israel y Hamás.
El lugar, que alguna vez fue un símbolo de angustia y desesperación para las familias de los cautivos, se llenó de vítores, lágrimas y abrazos después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la primera fase de su tan esperado plan de paz.
Según el acuerdo, se espera que Hamás libere a los 20 rehenes vivos retenidos en Gaza a cambio de prisioneros palestinos. Israel comenzará a retirar tropas de gran parte del enclave como parte de la etapa inicial del plan, destinado a establecer un cese al fuego duradero y abrir la puerta a esfuerzos de paz más amplios.
El anuncio marcó un raro momento de alivio tras meses de derramamiento de sangre e incertidumbre. En la Plaza de los Rehenes, la gente repartía dulces y corría el champán mientras los familiares de los cautivos expresaban una cautelosa esperanza de que su calvario estuviera llegando a su fin. El plan, considerado un gran avance diplomático, traería una pausa inicial en los combates y podría sentar las bases para nuevas negociaciones en las próximas semanas.
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