El museo Louvre trata de recuperar la normalidad después de su impactante robo, cuando cuatro encapuchados accedieron por una escalera a la galería de Apolo, rompieron las vitrinas y sustrajeron las joyas de Napoleón Bonaparte, Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo.
El museo vuelve a abrir sus puertas aunque la galería de Apolo, de donde se sustrajeron las piezas, permanecerá cerrada indefinidamente. Las heridas que ha abierto este incidente distan mucho de su curación en un momento en el que Francia vive el peor momento de la presidencia de Emmanuel Macron. El ministro de Justicia francés, Gerald Darmanin, señaló el pasado lunes que el asalto “da una imagen lamentable de Francia”. “Pudieron aparcar un camión con una escalera de mudanzas en mitad de París, subir y en unos pocos minutos robar joyas de valor incalculable”, explicó para describir el insólito robo.
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