En Berlín, lejos de su natal Veracruz, Gabriela Alamillo convirtió la nostalgia en un proyecto de vida: Latino Point, un supermercado que reúne los sabores, colores y alegrías de toda América Latina.
Lo que nació en plena pandemia como una idea para salir adelante junto a su esposo, hoy es un punto de encuentro para miles de latinos que buscan sentirse cerca de casa. En sus pasillos se mezclan el mazapán mexicano, el dulce de leche argentino, la harina pan venezolana o las empanadas criollas, junto a música, risas y conversación en español.
Más que una tienda, es una comunidad que celebra las raíces y la identidad latina. Alamillo también impulsa a otros emprendedores y promueve tradiciones como el Día de Muertos o las fiestas patrias de distintos países.
Alamillo afirma con orgullo que su meta es ofrecer mucho más que productos: un pedacito de hogar para cada latino en Berlín.
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