El científico británico expone en Tenerife una visión del universo llena de humor y anécdotas con una puesta en escena digna de una estrella del rock
El científico Stephen Hawking, postrado desde hace años y con casi todo el cuerpo paralizado por la enfermedad degenerativa que padece, ha subido hoy al escenario en su silla de ruedas mientras cientos de personas aplaudían y le fotografiaban con sus móviles y los altavoces escupían música metala todo volumen. Inmensas fotos de su cara se proyectaban en una pantalla gigante mientras sus asistentes le escoltaban hasta el estrado, le colocaban el micrófono y después le dejaban solo ante los focos. Tras un largo, largo silencio, Hawking ha comenzado: “¿Podéis oírme?”. La voz robótica que acompaña a este físico desde que le tuvieron que practicar una traqueotomía para permitirle respirar ha retumbado en las paredes de hormigón del centro de convenciones Magma, en la isla de Tenerife, donde el científico más famoso del mundo ha ofrecido la primera de las conferencias que impartirá durante su visita a España en el marco del festival Starmus. La sensación era la de estar ante una —tal vez la única— estrella del rock que hay en el mundo de la ciencia.
Para romper el hielo y centrar el tema de su charla, Hawking ha citado a San Agustín. Un día le preguntaron, ¿qué estaba Dios haciendo antes de crear el Universo? La respuesta del santo fue: “Crear el infierno para los que hicieran esa pregunta”. Hawking es un ateo declarado y es célebre su afirmación de que el universo no requiere que haya un Dios para existir. De hecho, Hawking ha vuelto a bromear diciendo que llegó a imaginarse procesado por la Inquisición como Galileo por defender que se puede esclarecer cómo comenzó el universo, una tarea proscrita por el Vaticano, ha recordado. Ante una audiencia de cientos de personas, Hawking ha explicado las mismas anécdotas y detalles sobre cosmología que muchos otros científicos antes. Quizás ninguno haya tenido un público tan agradecido ni haya captado tanta atención mediática como él.
Desde que ha comenzado el festival Starmus, que se celebra toda esta semana en la isla canaria, Hawking lleva detrás un séquito de enfermeras, secretatrias, médicos y asistentes que no se separan de él en ningún momento. Esto no quita para que una muchedumbre se agolpe en torno a él sacando fotos sin clemencia incluso haciéndoseselfiesjunto al rostro más famoso de la ciencia. Es una concesión más que deben hacer las estrellas del rock. “El récord histórico de inflación sucedió en Alemania después de la I Guerra Mundial, cuando los precios se multiplicaron por un factor de 10 millones”. Pero eso no es nada, ha dicho, comparado con el espectacular origen del universo, en el que la inflación que siguió al Big Bang fue de millones de billones de billones en una fracción de segundo.
Buena parte de su charla se ha centrado en ese periodo de inflación que se está convirtiendo en la nueva frontera de la cosmología ahora que la teoría del Big Bang está más que confirmada. Durante esos primeros instantes del universo sucedieron fluctuaciones cuánticas que corrigieron la tendencia del universo a desacelerarse, a frenar su expansión. Gracias a esas fluctuaciones existen hoy galaxias, estrellas y nosotros mismos: “Somos producto de las fluctuaciones cuánticas”, ha asegurado Hawking en la parte más cargada de ciencia de su charla. Siempre en el extremo derecho del escenario, moviendo su mejilla imperceptiblemente para dar arranque a cada frase que previamente ha programado en su ordenador, el científico también ha analizado otro de los grandes descubrimientos recientes: el bosón de Higgs. “Puede que el campo de Higgs”, ha dicho, “decaiga en un vacío verdadero”. “No lo veríamos venir, pero nos aniquilaría a todos”, ha asegurado. Esta afirmación ha generado una fuerte polémica (una más) entre científicos. Muchos se han apresurado a avisar de que es altamente improbable que algo así suceda.
El investigador también se ha referido a otra noticia de portada de la ciencia reciente: la supuesta detección de ondas gravitacionales originadas tras el Big Bang que serían una prueba patente de que la inflación existió y es más que una teoría. “Dentro de poco sabremos la respuesta”, ha dicho, en referencia a los datos del satélite europeo Planck. Es muy posible que el científico preparase su charla antes de este lunes, cuando esos datos fueron publicados. La conclusión es que probablemente parte o todo de esa señal captada no sea más que ruido. Avances como el descubrimiento de ondas gravitacionales echan por tierra “el 90% de las teorías existentes sobre la inflación”, ha advertido el científico.
La cosmología, el estudio científico del universo y su comienzo, se hizo una ciencia de precisión en 2003 gracias a la misión WMAP, ha recordado Hawking. Cada vez hay instrumentos más precisos capaces de analizar mejor las señales de radiación, de luz, que dejó el Big Bang hace 13.700 millones de años y que aún viajan por el espacio hasta llegar a los telescopios y sondas construidas por el hombre. Y, a pesar de todo, por ahora la cosmología se puede resumir en una frase, según el científico: “Las cosas son como son porque eran como eran poco después del principio”.
El País
Comments