Vista de un mural de 42 metros de alto del artista español Borondo en
Berlín. PAUL ZINKENEFE
Los vecinos están recogiendo firmas para eliminar esta obra artística que puede "traumatizar" a los niños de una cercana guardería
Un mural de 42 metros de altura realizado sobre la fachada de un edificio del barrio berlinés de Tegel por el conocido artista callejero español Gonzalo Borondo, ha desatado la polémica en la prensa alemana y la discordia entre los vecinos, que han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para que lo retiren.
Como en casi todos los trabajos de Borondo, el mural objeto de la polémica muestra una figura humana, en este caso a una joven refugiada vestida con un camisón blanco por el que chorrea de sangre. La muchacha, herida en la cabeza, mira a través de una ventana, hacia un paisaje de bosque nevado y sobrecogedor en el que destaca la figura de un hombre desnudo empalado.
La obra, impresionante en sus dimensiones, adecuación a la fachada y expresividad, forma parte de una serie de cinco murales encargada por la constructora Gewobag a la red de artistas callejeros Urban Nation en el marco de un proyecto de arte al aire libre titulado "Artpark Tegel" .
Un mural de 42 metros de altura realizado sobre la fachada de un edificio del barrio berlinés de Tegel por el conocido artista callejero español Gonzalo Borondo, ha desatado la polémica en la prensa alemana y la discordia entre los vecinos, que han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para que lo retiren.
Como en casi todos los trabajos de Borondo, el mural objeto de la polémica muestra una figura humana, en este caso a una joven refugiada vestida con un camisón blanco por el que chorrea de sangre. La muchacha, herida en la cabeza, mira a través de una ventana, hacia un paisaje de bosque nevado y sobrecogedor en el que destaca la figura de un hombre desnudo empalado.
La obra, impresionante en sus dimensiones, adecuación a la fachada y expresividad, forma parte de una serie de cinco murales encargada por la constructora Gewobag a la red de artistas callejeros Urban Nation en el marco de un proyecto de arte al aire libre titulado "Artpark Tegel" .
"Puede que sea arte, pero es aterrador. Por mucho sufrimiento que haya en el mundo, dudo que sea necesario presentarlo de esa manera", afirmó al Tageszeitung una vecina del barrio, para quien arte o no, lo que cuenta para ella es que ha de pasar por delante de un mural " tétrico y repugnante" cada vez que lleva a su hija de cinco años a la guardería.
Cerca de una guardería y de un centro de refugiados
Debido a su cercanía a una escuela infantil, hay consenso en el barrio de que el mural puede resultar traumático a los niños, pero no es el único argumento en boca de los vecinos. El edificio puesto a disposición de Borondo es, por su altura, utilizado con frecuencia por suicidas, por lo que "pintar dolor y sangre sobre la fachada de un edificio donde ha muerto tanta gente es una falta de respeto además de un acto de muy mal gusto", sostiene otra vecina.
Y por si eso fuera poco, el rascacielos donde el artista segoviano acaba de estampar su firma está a pocas manzanas de un centro de acogida de refugiados.
"Es inapropiado pintar un mural tan violento en las puertas de un centro que acoge a quienes han huido de la guerra y vivido cosas horribles", sostiene un estudiante de Derecho de 26 años.
Por esas y un sinfín de razones similares, los vecinos del barrio, agrupados en la asociación "I love Tegel", han puesto en marcha una campaña para recoger firmas y eliminar o pintar sobre una obra artística que tachan de "depresiva" y que, alegan, genera "sensaciones negativas".
La empresa Gewobag ha avanzado que espera llegar a un acuerdo con los vecinos y que cuando el resto de obras estén terminadas, todos podrán participar en una presentación del proyecto.
Por el momento, el mural de Borondo se queda, pues pese a la crudeza del mismo, el mensaje que transmite según el portavoz de Gewobag es positivo, en tanto que "la joven, pese a sus heridas se mantiene erguida, es fuerte, mira hacia adelante".
El Mundo
Polémica en Berlín por un tétrico mural de 42 metros de un artista español
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