Viven en coches, garajes, sótanos o en la calle. En Alemania hay hasta un millón de personas sin techo. A pesar de tener un trabajo o una pensión, muchos ya no pueden permitirse un departamento propio.
Según las estimaciones, el número de personas sin hogar no ha dejado de aumentar desde 2008. Durante demasiado tiempo los políticos han ignorado el problema: hasta ahora no había cifras oficiales a nivel nacional. Sin embargo, el núcleo de la sociedad se ha visto afectado durante mucho tiempo. Recién en 2022 se recogerán datos para las nuevas estadísticas sobre personas sin vivienda. Dado que sólo se pueden contabilizar a quienes estén alojados en albergues o instituciones municipales, esta encuesta irá acompañada por informes complementarios sobre los sin techo. Y debería revelar también la cantidad de personas que viven en la calle sin ningún tipo de refugio.
Un sistema de asistencia municipal sobrecargado, la deficiente coordinación, la estrechez del mercado de la vivienda y la especulación inmobiliaria agravan el problema. Para expertos como la antropóloga social Luisa Schneider, esto se debe principalmente a la falta de estrategia: "En este momento, nos encontramos en una situación en la que estamos gestionando el fenómeno de los sin techo, no resolviéndolo. Si no cambiamos nuestra estructura social, estas cifras se dispararán. Y tampoco se pueden subsanar con nuestro actual sistema de ayudas".
El reportero Max Neidlinger pudo acompañar a personas sin hogar a los lugares en que habitan. Sus historias ejemplifican un problema acuciante: cada vez más personas carecen de refugio o —algo más difícil de detectar— se alojan en viviendas improvisadas. Se echan en falta espacios habitacionales asequibles y una estrategia continuada de apoyo a los afectados. Alemania se ha comprometido a ello en una declaración conjunta de los Estados de la Unión Europea: para 2030, nadie debería seguir viviendo en la calle.
Hasta ahora, el peso en Alemania ha recaído sobre las propias personas sin techo. Muchas ya no están en condiciones de buscar ayuda o no conocen las posibilidades que tienen de recibirla. Además, se avergüenzan. Los afectados suelen ocultar su situación y salir adelante como sea. ¿Cómo es posible que en uno de los países más ricos del mundo haya cada vez más personas que no pueden permitirse una vivienda propia, a pesar de tener un trabajo o una pensión, y por qué se ha tardado tanto en tomar medidas?
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