Más de 50 años después del inicio de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, hay familiares que aún no han podido enterrar a sus víctimas. En los años 90 recibieron restos que, supuestamente, pertenecían a sus seres queridos. Pero, tras ciertas sospechas y una exhumados los cuerpos, descubrieron errores fatídicos en el proceso de identificación. Ahora se realizarán pruebas de ADN a víctimas y a familiares, que quieren cerrar la herida de este trágico capítulo de la historia chilena.
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