Apenas 24 horas después del anuncio de Raúl Castro y en plena Navidad comenzó la excarcelación de 2900 presos, muchos de los cuales ya están en sus hogares. BBC Mundo logró conversar con varios de ellos sobre la vorágine de estas últimas 48 horas.
Localizarlos no fue difícil, casi en cada barrio popular hay presos liberados y basta preguntar para que cualquier vecino nos indique donde viven. En sus hogares reina la fiesta y todos se muestran dispuestos a hablar con nosotros sobre este "regalo de Navidad".
"Después de que el Comandante habló nos reunieron en un establecimiento donde el General de Cárceles y Priones nos dijo 'ustedes van a irse para la calle sin deberle nada a la justicia'", nos explica Lázaro Crespo, quien con sólo 36 años de edad llevaba 19 en prisión.
Recuerda que les dijeron que "si hoy nos íbamos para la calle era porque nosotros nos merecíamos estar integrados en la sociedad" y agrega que "en ese momento sentí una tremenda alegría pero tuve que controlarme para que no me diera un infarto".
"Esto está muy bien hecho porque alegra los corazones de un montón de madres y de familias que hacía mucho tiempo no podíamos estar juntos", dice Crespo y agrega que espera que se haga cada año como prometió el presidente Raúl Castro en su discurso.
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La reinserción
Lázaro recuerda que ha "estado en muchas prisiones, incluso en el Combinado y los dos últimos años en un campamento donde nos estabamos preparando, estudiando y aprendiendo oficios. Ahora sólo me queda integrarme a la sociedad y tratar de nunca más tirar para atrás".
Nos explica que existen en las prisiones cubanas diferentes cursos de formación profesional y que la participación en ellos es considerada por las autoridades como puntos a favor del recluso pues aumenta sus posibilidades de reinserción social.
Agustín Valdés se enteró el mismo día 25, apenas unas horas antes de ser indultado. "Estaba en un campamento y nos dijeron que debíamos ir para otro porque nos iban a liberar. Sentí una alegría inmensa, llevaba 26 años preso y me quedaban todavía 21 años más de condena".
"No solo puedo sino que tengo que integrarme a la sociedad porque tengo a mis hijos y a mi familia por lo que le doy gracias a Dios", explica Agustín y nos informa orgulloso: "No empiezo de cero, en la prisión me hice electricista de mantenimiento clase A".
Agustín pasea por la calle con su pequeño hijo que no se separa de él y tras cada frase agradece a Dios. Verdaderamente es un milagro pero también es obra de las iglesias cubanas que solicitaron este gesto de clemencia al presidente Castro.
Y no será el último, según explicó el mandatario cubano en su discurso en el Parlamento, cada año se realizaran excarcelaciones, incluso mayores que ésta, tras analizar "su comportamiento, las características de los hechos cometidos y las condiciones familiares y de salud".
Las liberaciones
Esta es la segunda gran liberación de presos que se produce desde que Raúl Castro asumiera oficialmente la presidencia, el año pasado también liberó a la mayoría de los presos políticos, tras un acuerdo con la Iglesia Católica y el gobierno español.
A pesar de las presiones de Washington, en ninguna de las dos excarcelaciones se incluyó a Alan Gross, estadounidense condenado a 15 años por contrabandear equipos de comunicación en una operación millonaria financiada por el gobierno de los EE.UU.
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Diversas fuentes cubanas oficiales y oficiosas insisten en que la única posibilidad de liberar a Gross antes del fin de la condena es mediante una salida humanitaria que incluya a los 5 agentes cubanos condenados en EE.UU. hace ya más de una década.
Tampoco se incluyen a los centroamericanos que pusieron bombas en los hoteles de Cuba ni a los condenados por espionaje, terrorismo, asesinato, homicidio, narcotráfico, pederastia, violación, corrupción de menores y robo en viviendas habitadas.
BBC
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