La campaña busca visibilizar y desnaturalizar las prácticas que van reforzando los estereotipos de género que se transforman en barreras para el desarrollo de las habilidades y las capacidades de las mujeres. Estas barreras impactan su autonomía económica, al determinar la decisión de estudios superiores y posterior inserción y desarrollo laboral, con impacto en productividad y salario.
Esperanza Cueto sostuvo al respecto: “Las niñas chilenas obtienen peores resultados en matemáticas, tanto en el SIMCE, como en la prueba PISA y la PSU. Y la evidencia demuestra que ello no puede atribuirse a una menor capacidad de las niñas en el aprendizaje. La explicación, entonces, podría encontrarse en el proceso de socialización temprana y en las actitudes moldeadas a lo largo de éste. De hecho, niñas como niños desde muy pequeños perciben que las matemáticas son más afines a los hombres. Por lo tanto, ellas califican su capacidad en esta área como inferior. Su motivación es, entonces, menor y mayor su ansiedad al momento de rendir las pruebas”.
A ello agregó: “Como consecuencia de estas diferencias, los patrones de género se vuelven determinantes a la hora de elegir carreras y ocupaciones. Así, se va configurando una ruta que las niñas/jóvenes/mujeres siguen sin mayor cuestionamiento y que opera como una suerte de autoselección hacia empleos y salarios menores”.
Así, el llamado de la corporación es a sumar a todos los actores que intervienen en la educación y el trabajo para que la igualdad desde la infancia sea un objetivo prioritario.
Así, el llamado de la corporación es a sumar a todos los actores que intervienen en la educación y el trabajo para que la igualdad desde la infancia sea un objetivo prioritario.
Comunidad Mujer
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