"NO ESTAMOS DE ACUERDO EN QUE LOS TRABAJADORES SEAN MARGINADOS
DEL QUEHACER NACIONAL"
• "Tenemos derecho a dar opiniones de los problemas globales del país, tenemos
derecho a ser escuchados cuando planteamos problemas de vivienda, de salud, de
educación de cultura y salarios". (1982)
• "En dictadura aprendí que hay que tener capacidad política para entendernos, que es
fundamental el diálogo permanente, que hay que tratar los problemas sin ideologizarlos".
(1989)
• "Muchos de nuestros dirigentes del gobierno y los partidos responden con soberbia
cuando la gente les plantea sus legítimas quejas y demandas. Muestran cifras a la
gente que vive diariamente una realidad de angustia. (1998)
• "Trasladaría a Pinochet (desde Londres) en un planeador y ojalá fuera retenido en
cada país donde tuviera que parar". (1998)
• "He dicho a los ministros que están en esto: saquen las manos de este caso y dejen
que Pinochet se defienda solo". (1999)
• "Chile es más que un grupo de reaccionarios y un pequeño grupo demagógico y
mentiroso. Los chilenos somos más honestos, queremos más a Chile que los empresarios,
con todo el respeto que les tengo", dijo durante su última reunión de trabajo
antes de que fuera hospitalizado.
EL LEGADO DE un DIPUTADO OBRERO y destacado representante del sindicalismo chileno
"Manuel, este hombre admirable, que vino del mundo rural, autodidacta,
con una inteligencia y capacidad extraordinaria, que nunca, nunca, ni en
las peores situaciones acalló su voz". (Presidente Eduardo Frei)
"Estoy cansado. Tengo muchos
años de lucha, pero ésta es
la última lucha que voy a dar", comentó
a la prensa el diputado y ex
sindicalista Manuel Bustos antes
de ingresar en la clínica de la Universidad
Católica, de la cual nunca
más salió con vida. Luego de
una semana interno, falleció el 27
de septiembre de 1999, víctima de
un cáncer cerebral.
La noticia generó reacciones
de profundo pesar entre las autoridades
políticas, gremiales y religiosas.
El gobierno decretó duelo
oficial por el lapso de tres días,
con el izamiento del pabellón nacional
a media asta en todos los
edificios públicos.
En Favor de la Libertad del
País, de los Derechos
Humanos y de los
más Pobres
Como un momento triste calificó
el Presidente de la República
Eduardo Frei, el deceso del diputado
Bustos. Destacó su calidad
de "incansable luchador, su cristianismo ejemplar, su testimonio de vida y todo lo que hizo en favor de la libertad del país, de los
derechos humanos y de los más pobres". Al abandonar el centro asistencial el Primer Mandatario
afirmó que después de Clotario Blest, Bustos fue el gran constructor de la unidad y los derechos de
los trabajadores. "Manuel, recordó, este hombre admirable, que vino del mundo rural, autodidacta,
con una inteligencia y capacidad extraordinaria, que nunca, nunca, ni en las peores situaciones
acalló su voz".
Las numerosas coronas de flores tapizaron la Vicaría de la Pastoral Obrera, en donde fue
velado, y una hilera de miles de personas desfilaron para despedir los restos mortales del diputado
y sindicalista Manuel Bustos, que se encontraba en un féretro cubierto por la bandera nacional y la
insignia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). El paso de su féretro por La Moneda y las
sedes de la Democracia Cristiana y la CUT concitó la atención de cientos de personas que quisieron
acompañarlo en su último viaje.
Al Calor de la Dura Vida Campesina
El enérgico carácter de Bustos, que lo convirtió en uno de los dirigentes sindicales más
carismáticos durante la lucha contra el régimen militar, se forjó al calor de la dura vida campesina.
El 2 de diciembre de 1943 nació un muchacho moreno, de ojos tristes que fue dado en
adopción a los pocos días a una familia campesina y analfabeta compuesta por Armando Bustos y
Filomena Huerta, inquilinos del fundo de San Enrique, quienes lo aceptaron como su único hijo y le
pusieron por nombre Manuel Antonio.
Desde los seis años trabajó sembrando maíz y vendiendo garbanzos. Su vida escolar estuvo
signada por el sudor. Para aprender a leer y a escribir caminaba diez kilómetros para llegar a la
Escuela Pública de Rapel, en donde cursó en forma irregular hasta sexto básico. A los catorce años,
"el huaso", tal como le decían sus amigos por el gusto por el "lechoncito", la cebolla y la música
ranchera, y usó zapatos por primera vez. Ya en esos años manifestó su vocación de dirigente,
cuando hizo de vocero ante los patrones del fundo de las inquietudes culturales y deportivas de los
campesinos. A los 18 años hizo el servicio militar en la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes,
donde terminó los últimos dos años de enseñanza básica.
Su ligazón con la política se dio tardíamente. En 1963 comenzó sus cursos como pre militante
de la Democracia Cristiana, mientras trabajaba como mozo en un bar de Gran Avenida. A los 23
años asistió a una charla de un diputado de la V Región y que trató sobre los derechos de los
trabajadores. Quedó profundamente impresionado con el pensamiento de Radomiro Tomic, que
estaba impreso en los folletos que se repartieron en la ocasión e inmediatamente solicitó ingresar
como militante de la DC.
A sólo dos años de haber ingresado como mecánico de mantención a la empresa textil Sumar,
lugar en que se desempeñó hasta 1994, se convirtió en presidente del sindicato, cargo que ocupó
hasta 1986.
Sus más de 20 años como sindicalista se iniciaron en 1969 cuando fue dirigente de Sumar, luego de
lo cual se integró como dirigente de la Central Unica de Trabajadores por el período 1972-1973.
En esa calidad lo sorprendió el golpe militar de 1973. Un día después estaba preso en el
Estadio Chile donde fue torturado. "Ya no era el muchacho campesino que andaba por el campo de noche, sin miedo. El 13 de septiembre yo tenía miedo. Había muertos...", recordaría más tarde.
Después lo trasladaron al Estadio Nacional, donde vio decenas de víctimas. Según sus propias
palabras, sólo las gestiones del Cardenal Silva Henríquez pudieron salvarlo de una muerte
segura.
El Sueño de Manuel:
Una Central Unitaria de Trabajadores
En 1975, en los más sangrientos años del régimen militar, fundó la Coordinadora Nacional
Sindical (CNS), de la cual sería presidente hasta 1988, la Confederación Nacional Textil y posteriormente
el Comando Nacional de Trabajadores (CNT), que fue presidido en sus primeros años por
Rodolfo Seguel.
En 1981 fue acusado por el Ministerio del Interior de arrogarse una falsa representatividad
sindical, por lo cual fue condenado por los tribunales a seis meses de detención, quedando en
libertad, una vez que el Ministerio desistió de su requerimiento.
Al año siguiente, el 2 de diciembre de 1982, 11 meses después de que Tucapel Jiménez fuera
asesinado, camino a una reunión con Bustos para unificar el movimiento sindical, celebró su
cumpleaños llamando a una de las primeras jornadas de protesta en la Plaza de los Artesanos.
Un día después, el Ministro del Interior, Enrique Montero lo expulsó del país, acusándolo de
transgredir el orden público. Su destino fue Italia. Como único equipaje, a Bustos se le permitió llevar
su pasaporte. Su vida en el exilio la dedicó a luchar contra el régimen militar y a pelear por los
derechos laborales. Retornó a Chile después de diez meses de haber partido.
"Paros, paros, hasta agotar el régimen" insistía públicamente ya en 1984 instando a los
trabajadores a tomar las riendas en la lucha contra el gobierno de Augusto Pinochet.
En septiembre de 1985, junto a su amigo y camarada Rodolfo Seguel, luego de una jornada de
protesta fueron declarados reos, acusados de haber instigado, promovido y fomentado la violencia.
Después de estar meses encarcelado, el Ministro Sergio Valenzuela Patiño lo condenó a 60
días de presidio remitido.
En 1987, después de la renuncia de Rodolfo Seguel al CNT Bustos asumió interinamente la
presidencia. Fue en esa época cuando pensó seriamente en la posibilidad de fundar una Central
Unitaria de Trabajadores que integraran distintas organizaciones, tal como lo había hecho la antigua
Central Unica.
La idea fue criticada duramente por sindicalistas del oficialismo, quienes aseguraron que esto
permitiría el manejo sectorial e ideologizado de la organización sindical. Pero, la oposición más
férrea la encontró en algunos camaradas, como Eduardo Ríos, en ese entonces presidente de la
Central Democrática de Trabajadores, quien consideraba inconcebible que los trabajadores "democráticos"
trabajaran juntos a los que no lo eran, refiriéndose a los comunistas que participaban en el
CNT. Ante estas declaraciones, Bustos fue tajante: "Ningún dirigente sindical tiene título para
determinar quiénes son democráticos y quiénes no. Mi obligación es trabajar con los dirigentes
sindicales que elijan los trabajadores".
El 7 de octubre de 1987, el CNT, pese a las diferencias políticas que subsistían al interior de
la organización, llamó a un paro de actividades para reformar el Plan Laboral, que según
estimaciones de Bustos, convocó al 40 por ciento de la población.
Un día después, el Ministerio del Interior presentó requerimientos contra los dirigentes del CNT,
solicitando procesarlos como infractores a la Ley de Seguridad del Estado. Después de un proceso
de 10 meses, la Corte Suprema condenó a Manuel Bustos y Arturo Martínez a 541 días de
relegación.
Pero, su lejanía no impidió la creación de la CUT, de la cual sería elegido presidente por amplia
mayoría. Este hecho lo consagró como el dirigente sindical opositor al régimen militar más importante
de la época.
La Ultima Batalla
Con la llegada de la democracia, Bustos continuó a la cabeza de la CUT, posición que le
permitió firmar importantes acuerdos con empresarios y gobierno.
Con la llegada del Presidente Frei, la carrera internacional de Manuel Bustos, siguió en
ascenso. En 1995 asumió como segundo vicepresidente de la 82ª Conferencia Internacional del
Trabajo y fue miembro del Consejo Administrativo de la OIT.
En 1996 su partido lo postula a diputado, situación que lo conduce a tomar una de las
decisiones más difíciles como fue dejar la presidencia de la C.U.T. En la Cámara integró las
Comisiones de Trabajo y Seguridad Social, y de Vivienda y Desarrollo Urbano.
En mayo de ese año creó la "Bancada Social". Desde allí, Bustos se preocupó de varias
materias que consideró urgentes y que aún se encuentran pendientes: abrir el mercado de las A.F.P.
a los Bancos y Cajas de Compensación para evitar el monopolio; mejorar las pensiones que hoy se
encuentran en los 60 mil pesos, con tal de que alcancen el mismo nivel del sueldo mínimo y
reformular el actual proyecto de Protección al Trabajador Cesante (PROTRAC).
Su última conquista fue la moción parlamentaria, presentada en conjunto con el diputado
Rodolfo Seguel, para obligar al empresariado a acreditar el pago de las cotizaciones previsionales
del trabajador al momento de ser despedido. La iniciativa fue publicada como Ley Nº 19.631 en el
Diario Oficial un día después de su muerte.
Andrea Munizaga D.
Dirección del Trabajo
Diciembre de 1999
Manuel Bustos y el NO
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