JOSEFINA ALDECOA
Fundadora del colegio Estilo (80)
«La jubilación a los 50 es absurda»
Treinta y cinco años después de que publicara su primer libro y cuarenta y seis desde que fundara su colegio Estilo de Madrid, Josefina Aldecoa no se ha jubilado ni de una cosa ni de la otra. Es más, siente remordimientos, nos confiesa su hija Susana, de cumplir religiosamente su misión pedagógica «sólo» por las mañanas, como por otra parte hace un buen número de profesores. «Para estar en forma -se justifica- la clave es no dejar de trabajar. No olvide que nací el 8 de marzo Día de la Mujer Trabajadora, aunque eso lo supe muchos años después. Soy hija y nieta de maestras de la república y en mi casa siempre hubo una atmósfera de trabajo de la mujer y de educación liberal. No he dudado ni un segundo de que tenía que trabajar. Si no hubiera sido en esto hubiera sido en otra cosa porque el trabajo es fundamental para equilibrar tu vida y buscar un puesto en el mundo que te rodea». Y mirándola compruebas el éxito de la fórmula: en esta mujer sabia, tan estilosa y tan coqueta, 80 años -quién llegara a pillarlos así- no son nada.
«Hoy las mujeres tienen esa conciencia de buscarse un trabajo y tener independencia económica, de su casa, de su pareja. He notado a través del colegio cómo las madres han cambiado. Y en esa misma observación he comprobado un fenómeno muy curioso que ocurre en casi todas las clases: las niñas son mejores. Y eso es porque tienen madres que trabajan fuera de casa, lo que empieza a suceder en los 70, y han tenido otros modelos de madre que ya no piensan en que sus hijas sean buenas amas de casa, aunque también lo harán o no, pero que les han dejado claro que tienen que trabajar como sus hermanos. Educar a las hijas como a los hijos es lo que lo ha cambiado todo en el mundo».
«Y como por todo se paga un precio en esta vida, también se ha cobrado el suyo el cambio en la vida de las mujeres. Ha habido una crisis en el papel de la mujer, que por un lado trabaja y es más libre, una verdadera ciudadana del siglo XXI, y por otro ocurre que no se tiene bien resuelto el problema familiar, y a veces, sólo a veces, los niños se resienten de esa ausencia de madre en casa. Yo no he tenido más que una hija, pero siempre he trabajado y ella siempre ha estado acompañada. La verdad es que me dije: trabajaré aunque sea para pagar a una persona que me haga todo lo de la casa porque yo no estaba dispuesta a hacer eso ya que me parecía que era perder el tiempo dada mi preparación y experiencia dentro y fuera de España».
Y al final, la vejez. «Ahí es muy importante la salud, porque para qué vamos a hablar de más cosas si estamos ante un viejo achacoso, pero a mí la lucha por la jubilación a los 50, por ejemplo, me parece un absurdo. Con motivo de una conferencia que di en la Universidad de Palma, leí mucho sobre la vejez, me quedé impresionada, y concluí que la jubilación temprana es un error y, si sucede, siempre hay que tener otra cosa preparada porque lo que no se puede hacer es dejar de trabajar. Un libro americano explicaba por ejemplo cómo se reavivan todas las neuronas cuando un anciano se pone a estudiar un idioma, y eso lo pude ver en mi madre, que empezó a estudiar inglés a los 84 años».
Fuente: Ideal Digital
Fundadora del colegio Estilo (80)
«La jubilación a los 50 es absurda»
Treinta y cinco años después de que publicara su primer libro y cuarenta y seis desde que fundara su colegio Estilo de Madrid, Josefina Aldecoa no se ha jubilado ni de una cosa ni de la otra. Es más, siente remordimientos, nos confiesa su hija Susana, de cumplir religiosamente su misión pedagógica «sólo» por las mañanas, como por otra parte hace un buen número de profesores. «Para estar en forma -se justifica- la clave es no dejar de trabajar. No olvide que nací el 8 de marzo Día de la Mujer Trabajadora, aunque eso lo supe muchos años después. Soy hija y nieta de maestras de la república y en mi casa siempre hubo una atmósfera de trabajo de la mujer y de educación liberal. No he dudado ni un segundo de que tenía que trabajar. Si no hubiera sido en esto hubiera sido en otra cosa porque el trabajo es fundamental para equilibrar tu vida y buscar un puesto en el mundo que te rodea». Y mirándola compruebas el éxito de la fórmula: en esta mujer sabia, tan estilosa y tan coqueta, 80 años -quién llegara a pillarlos así- no son nada.
«Hoy las mujeres tienen esa conciencia de buscarse un trabajo y tener independencia económica, de su casa, de su pareja. He notado a través del colegio cómo las madres han cambiado. Y en esa misma observación he comprobado un fenómeno muy curioso que ocurre en casi todas las clases: las niñas son mejores. Y eso es porque tienen madres que trabajan fuera de casa, lo que empieza a suceder en los 70, y han tenido otros modelos de madre que ya no piensan en que sus hijas sean buenas amas de casa, aunque también lo harán o no, pero que les han dejado claro que tienen que trabajar como sus hermanos. Educar a las hijas como a los hijos es lo que lo ha cambiado todo en el mundo».
«Y como por todo se paga un precio en esta vida, también se ha cobrado el suyo el cambio en la vida de las mujeres. Ha habido una crisis en el papel de la mujer, que por un lado trabaja y es más libre, una verdadera ciudadana del siglo XXI, y por otro ocurre que no se tiene bien resuelto el problema familiar, y a veces, sólo a veces, los niños se resienten de esa ausencia de madre en casa. Yo no he tenido más que una hija, pero siempre he trabajado y ella siempre ha estado acompañada. La verdad es que me dije: trabajaré aunque sea para pagar a una persona que me haga todo lo de la casa porque yo no estaba dispuesta a hacer eso ya que me parecía que era perder el tiempo dada mi preparación y experiencia dentro y fuera de España».
Y al final, la vejez. «Ahí es muy importante la salud, porque para qué vamos a hablar de más cosas si estamos ante un viejo achacoso, pero a mí la lucha por la jubilación a los 50, por ejemplo, me parece un absurdo. Con motivo de una conferencia que di en la Universidad de Palma, leí mucho sobre la vejez, me quedé impresionada, y concluí que la jubilación temprana es un error y, si sucede, siempre hay que tener otra cosa preparada porque lo que no se puede hacer es dejar de trabajar. Un libro americano explicaba por ejemplo cómo se reavivan todas las neuronas cuando un anciano se pone a estudiar un idioma, y eso lo pude ver en mi madre, que empezó a estudiar inglés a los 84 años».
Fuente: Ideal Digital
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