El prototipo capaz de volar sin combustible aterrizó a las 20.30 hora local (18.30 GMT) en el aeródromo de Payerne, una localidad ubicada en el noroeste de Suiza donde tiene su hangar, tras completar un vuelo de 6.000 kilómetros que le llevó hasta Ouarzazate, en el centro de Marruecos, con escalas en Madrid y Toulouse (Francia).
El psiquiatra y aventurero suizo Bernard Piccard y el expiloto militar André Borschberg, impulsores de este proyecto, han querido demostrar el enorme potencial de las fuentes de energías renovables y su fiabilidad.
Piccard pilotó el aparato en el último tramo del viaje y fue recibido en Payerne por cientos de personas y por Borschberg, que le esperaba al pie de la escalerilla para celebrar la llegada a buen puerto del viaje.
En declaraciones al canal de televisión del Solar Impulse, Piccard afirmó que este periplo es la demostración de que "siempre podemos hacer más de lo que pensamos en un principio".
"Nunca pensamos que podíamos volar hasta Marruecos y lo hicimos. Las limitaciones están en nuestras mentes. Hay tantas cosas que podemos hacer. Gracias a nuestro equipo lo hemos podido hacer", declaró el piloto.
También estuvo presente en la recepción del Solar Impulse el embajador español en Suiza, Miguel Ángel de Frutos, que destacó la importancia de que Madrid fuera una de las escalas del avión.
"España está muy interesada en la energía solar y la posibilidades de esta fuente de energía es un mensaje que llega bien a nuestro país", manifestó el embajador. En Ouarzazate, el avión y el equipo detrás de este proyecto participaron en una serie de actividades relacionadas con la promoción de las energías renovables por invitación de la Agencia Marroquí de Energía Solar.
Al aterrizar nuevamente en Suiza, el Solar Impulse completó un viaje sin utilizar ningún tipo de carburante. Asimismo, fue la conclusión de un periplo que ha puesto a prueba más que cualquier otro -el prototipo voló a Francia y a Bélgica desde Suiza anteriormente- la capacidad técnica de la aeronave de enfrentar condiciones meteorológicas y atmosféricas difíciles.
Esta fue una de las razones por las que el viaje de ida y vuelta de Marruecos se completó en ocho etapas, con una media de 750 kilómetros de vuelo continuado.
La parte más difícil de la travesía fue aterrizar en su destino final, ya que Ouarzazate, a 1.151 metros sobre el nivel del mar, está localizada en la cadena montañosa del Atlas, una zona de frecuentes tormentas eléctricas, fuertes vientos contrarios, turbulencias y corrientes térmicas.
El Solar Impulse fue diseñado inicialmente para probar su capacidad de volar de día y de noche, un reto que superó el año pasado, con un vuelo continuado de poco más de 26 horas.
"Hemos ido más allá de ese propósito para probar que su tecnología es confiable y la eficiencia de su consumo de energía", explicó el equipo del proyecto, que considera la conclusión de este viaje al norte de África como un ensayo exitoso con vistas a una vuelta al mundo prevista para 2014.
Sin embargo, ese viaje alrededor del globo terráqueo no será realizado con el actual prototipo de Solar Impulse, sino con otro que actualmente está construyéndose en Suiza con el aporte de numerosas firmas que están innovando y aportando tecnología totalmente nueva y exclusivamente pensada para este proyecto.
El psiquiatra y aventurero suizo Bernard Piccard y el expiloto militar André Borschberg, impulsores de este proyecto, han querido demostrar el enorme potencial de las fuentes de energías renovables y su fiabilidad.
Piccard pilotó el aparato en el último tramo del viaje y fue recibido en Payerne por cientos de personas y por Borschberg, que le esperaba al pie de la escalerilla para celebrar la llegada a buen puerto del viaje.
En declaraciones al canal de televisión del Solar Impulse, Piccard afirmó que este periplo es la demostración de que "siempre podemos hacer más de lo que pensamos en un principio".
"Nunca pensamos que podíamos volar hasta Marruecos y lo hicimos. Las limitaciones están en nuestras mentes. Hay tantas cosas que podemos hacer. Gracias a nuestro equipo lo hemos podido hacer", declaró el piloto.
También estuvo presente en la recepción del Solar Impulse el embajador español en Suiza, Miguel Ángel de Frutos, que destacó la importancia de que Madrid fuera una de las escalas del avión.
"España está muy interesada en la energía solar y la posibilidades de esta fuente de energía es un mensaje que llega bien a nuestro país", manifestó el embajador. En Ouarzazate, el avión y el equipo detrás de este proyecto participaron en una serie de actividades relacionadas con la promoción de las energías renovables por invitación de la Agencia Marroquí de Energía Solar.
Al aterrizar nuevamente en Suiza, el Solar Impulse completó un viaje sin utilizar ningún tipo de carburante. Asimismo, fue la conclusión de un periplo que ha puesto a prueba más que cualquier otro -el prototipo voló a Francia y a Bélgica desde Suiza anteriormente- la capacidad técnica de la aeronave de enfrentar condiciones meteorológicas y atmosféricas difíciles.
Esta fue una de las razones por las que el viaje de ida y vuelta de Marruecos se completó en ocho etapas, con una media de 750 kilómetros de vuelo continuado.
La parte más difícil de la travesía fue aterrizar en su destino final, ya que Ouarzazate, a 1.151 metros sobre el nivel del mar, está localizada en la cadena montañosa del Atlas, una zona de frecuentes tormentas eléctricas, fuertes vientos contrarios, turbulencias y corrientes térmicas.
El Solar Impulse fue diseñado inicialmente para probar su capacidad de volar de día y de noche, un reto que superó el año pasado, con un vuelo continuado de poco más de 26 horas.
"Hemos ido más allá de ese propósito para probar que su tecnología es confiable y la eficiencia de su consumo de energía", explicó el equipo del proyecto, que considera la conclusión de este viaje al norte de África como un ensayo exitoso con vistas a una vuelta al mundo prevista para 2014.
Sin embargo, ese viaje alrededor del globo terráqueo no será realizado con el actual prototipo de Solar Impulse, sino con otro que actualmente está construyéndose en Suiza con el aporte de numerosas firmas que están innovando y aportando tecnología totalmente nueva y exclusivamente pensada para este proyecto.
La Razón
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