Elsa (Francia):
"El euroescepticismo parece estar cada vez más apoyado en el Reino Unido. ¿Piensa que este país tiene todavía su lugar en el seno de la Unión Europea?"
- Pauline Schnapper, Profesora de Estudios Británicos de la Universidad Paris 3:
"¿Tiene el Reino Unido todavía su lugar dentro de la Unión Europea? Es una pregunta que se plantea otra vez ahora, desde hace unos meses, y que no se había formulado desde el comienzo los años setenta".
Porque desde que el Reino Unido es miembro de la Comunidad -luego Unión Europea- es decir, desde 1973, los gobiernos sucesivos no se habían planteado nunca abandonar la Unión Europea; al menos, no desde 1975 y el referéndum sobre la permanencia en la Comunidad Europea.
Incluso cuando el Reino Unido, en diferentes épocas, ha demostrado ser un socio difícil, recalcitrante, crítico especialmente durante los años ochenta con Margaret Thatcher, los diferentes Gobiernos británicos -ya sea laboristas o conservadores- no se habían planteado nunca salir de la Unión.
Querían defender lo que percibían como los intereses nacionales de su país dentro de la Comunidad Europea, y orientarla en función de sus intereses, inclinarla hacia una concepción, digamos británica de Europa, un concepción liberal, de libre intercambio, de desregulación, etc., pero nunca se habían planteado la salida.
Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado ahora?
Me parece que dos cosas.
La primera, que tenemos desde hace dos años y medio ahora, un Gobierno con poder en Londres dirigido esencialmente por un partido consevador que se ha vuelto, yo no diría euroescéptico, pero sí verdaderamente antieuropeo.
El segundo factor reciente es sin duda la crisis de la zona euro que, independientemente de todos esos otros aspectos y consecuencias, ha tenido como efecto en el Reino Unido reconfortar a muchos políticos que pensaban que la unión monetaria no podía funcionar sin una unión política, y, por tanto, de una federación europea. Y en esta federación los británicos no se plantean participar.
Así que ahora tenemos todo un debate en el Reino Unido sobre si es necesario o no permanecer en la Unión Europea. Y esto es nuevo.
La posición del Gobierno no sigue esta corriente, no desea oficialmente abandonar la Unión Europea, pero quiere hacer algo que podría, si no funciona, conducir a una retirada.
Es decir, quiere renegociar los términos de la presencia británica en la Unión Europea, cambiar algunas políticas comunitarias en beneficio propio, y luego realizar un referéndum para que se acepte esta nueva configuración del Reino Unido en Europa.
El riesgo es que los socios europeos no lo acepten, que Europa se divida y que, ante este fracaso, un Gobierno o la opinión pública a través de un referéndum, decidan abandonar la Unión Europea.
Es una hipótesis que hubiera descartado rápidamente hace unos meses, o hace unos años, pero que ahora no puede descartarse".
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