El Maestro podía ser enormemente crítico cuando pensaba que la crítica era necesaria. Pero, por sorprendente que pueda parecer, nadie tomaba a mal sus reprimendas.
Cuando alguien le preguntó la razón de ello, el Maestro respondió:
«Todo depende de cómo lo haga uno. Los seres humanos son como las flores: abiertas y receptivas al manso rocío, pero cerradas y reacias al violento aguacero».
Anthony de Mello
Importante
A un recién llegado al monasterio le dijo un discípulo más veterano:
«Debo advertirte que no entenderás ni palabra de lo que diga el Maestro si no tienes la disposición apropiada» .
«¿Y cuál es la disposición apropiada?»
«La de un estudiante que quiere aprender un idioma extranjero. Las palabras que el Maestro pronuncia te resultan familiares, pero no las comprendes: tienen un significado totalmente desconocido».
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