La escritora y periodista Elena Pita, a sus 44 años y observando ya que el tiempo es cada vez más finito, ha querido saber cómo se enfrentan a la vejez siete hombres de 'éxito', entre ellos Iñaki Gabilondo, Juan Diego, José Bono o Víctor Ullate, testimonios que ha plasmado en 'El bello oficio de hacerse viejo'.
El libro, que sale ahora a la calle, publicado por Aguilar, reúne siete grandes entrevistas o diálogos con los protagonistas ya citados y, además, con Albert Boadella, Adolfo Domínguez y Lluis Llach, quienes hablan de la tarea de enfrentarse a la vejez sin tabúes o medias tintas.Y para sorpresa de la autora, como explica ella misma a Efe, todos ellos, 'lejos de pintar un panorama nostálgico y sombrío, se muestran en las entrevistas encantados por poder llegar a 'descansar y mirar al tiempo de otra manera'.
'Con sabiduría y trabajando la lentitud', así se ha encontrado la autora de 'Amor sin decir Amalia' y 'El oficio de amar' a estos hombres, a quienes le une el hecho de haber triunfado en sus respectivas áreas o carreras, y que ahora se encuentran en otro momento de su vida.Pita comenta que eligió sólo hombres porque ellos son más reacios a desnudarse o les cuesta más hablar de estos temas. 'La mujer tiene un sentido de transcendencia mayor y lo deja patente; sin embargo, los hombres son más difíciles de pillar', añade.
Así, el lector se encontrará con el testimonio sincero de siete autores que, como Iñaki Gabilondo -'tierno y afectivo'-, que tras mucha brega informativa y personal, y después de levantarse a las cuatro de la mañana cada día durante más de 20 años para dirigir el 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, se encuentra ahora a un paso del fin del partido, como él mismo dice.'Lo tengo muy bien encajado. Mi mujer y mis amigos se quedan un poco pegados, porque tengo una gran lucidez y conciencia de la muerte, desde siempre; nunca me ha asustado ni me ha importado envejecer y no entiendo esa especie de pacto universal de silencio en torno a lo único evidente. Lo que me preocupa no es morirme sino acertar a vivir', escribe Gabilondo.
Luis Llach, quien también acaba de dejar los escenarios, reivindica la lentitud y quiere contemplar cómo le llega la muerte.
Albert Boadella, después de una larga vida como bufón irreverente crea un partido y se manifiesta enamorado de la vida y de la mujer, aunque dice sentirse 'enfadado por tener que morir en la ignorancia existencial' y se muestra decidido 'a romper amarras con Cataluña o su mundo'.
A Elena Pita, Juan Diego le ha dado la impresión de no querer enterarse de nada; 'se aferra a su tardía paternidad y el trabajo desbordante que le atropella la vida, y se derrumba sobre el sillón de su memoria, sentimental'.
Y a Adolfo Domínguez la autora lo descubrió a oscuras 'leyendo sobre la poesía de la luz imponiendo su racionalismo a lo inexplicable de la existencia, creciendo, creciendo para negar que el tiempo decrece', y a Víctor Ullate -dice la autora- 'lo escuche muy consciente de la limitación de sus días: ha iniciado un retorno al origen, y su niño origen es un niño que se ha encontrado envuelto en la bondad y el altruismo de la filosofía oriental'.
Mientras que a José Bono, que le entrevistó Pita pocos días antes de su última renuncia a la alcaldía de Madrid, la escritora le pilló 'pletórico, muy dueño de si mismo y de su éxito, sarcástico frente al pasado e ilusionado frente al futuro, sus 'mandaos' y su hija pequeñita de cinco años'.
Fuente Terra - EFE
El libro, que sale ahora a la calle, publicado por Aguilar, reúne siete grandes entrevistas o diálogos con los protagonistas ya citados y, además, con Albert Boadella, Adolfo Domínguez y Lluis Llach, quienes hablan de la tarea de enfrentarse a la vejez sin tabúes o medias tintas.Y para sorpresa de la autora, como explica ella misma a Efe, todos ellos, 'lejos de pintar un panorama nostálgico y sombrío, se muestran en las entrevistas encantados por poder llegar a 'descansar y mirar al tiempo de otra manera'.
'Con sabiduría y trabajando la lentitud', así se ha encontrado la autora de 'Amor sin decir Amalia' y 'El oficio de amar' a estos hombres, a quienes le une el hecho de haber triunfado en sus respectivas áreas o carreras, y que ahora se encuentran en otro momento de su vida.Pita comenta que eligió sólo hombres porque ellos son más reacios a desnudarse o les cuesta más hablar de estos temas. 'La mujer tiene un sentido de transcendencia mayor y lo deja patente; sin embargo, los hombres son más difíciles de pillar', añade.
Así, el lector se encontrará con el testimonio sincero de siete autores que, como Iñaki Gabilondo -'tierno y afectivo'-, que tras mucha brega informativa y personal, y después de levantarse a las cuatro de la mañana cada día durante más de 20 años para dirigir el 'Hoy por hoy' de la Cadena Ser, se encuentra ahora a un paso del fin del partido, como él mismo dice.'Lo tengo muy bien encajado. Mi mujer y mis amigos se quedan un poco pegados, porque tengo una gran lucidez y conciencia de la muerte, desde siempre; nunca me ha asustado ni me ha importado envejecer y no entiendo esa especie de pacto universal de silencio en torno a lo único evidente. Lo que me preocupa no es morirme sino acertar a vivir', escribe Gabilondo.
Luis Llach, quien también acaba de dejar los escenarios, reivindica la lentitud y quiere contemplar cómo le llega la muerte.
Albert Boadella, después de una larga vida como bufón irreverente crea un partido y se manifiesta enamorado de la vida y de la mujer, aunque dice sentirse 'enfadado por tener que morir en la ignorancia existencial' y se muestra decidido 'a romper amarras con Cataluña o su mundo'.
A Elena Pita, Juan Diego le ha dado la impresión de no querer enterarse de nada; 'se aferra a su tardía paternidad y el trabajo desbordante que le atropella la vida, y se derrumba sobre el sillón de su memoria, sentimental'.
Y a Adolfo Domínguez la autora lo descubrió a oscuras 'leyendo sobre la poesía de la luz imponiendo su racionalismo a lo inexplicable de la existencia, creciendo, creciendo para negar que el tiempo decrece', y a Víctor Ullate -dice la autora- 'lo escuche muy consciente de la limitación de sus días: ha iniciado un retorno al origen, y su niño origen es un niño que se ha encontrado envuelto en la bondad y el altruismo de la filosofía oriental'.
Mientras que a José Bono, que le entrevistó Pita pocos días antes de su última renuncia a la alcaldía de Madrid, la escritora le pilló 'pletórico, muy dueño de si mismo y de su éxito, sarcástico frente al pasado e ilusionado frente al futuro, sus 'mandaos' y su hija pequeñita de cinco años'.
Fuente Terra - EFE
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