El Canal Odisea estrenó el 21 de junio "En el mundo, con Céline Cousteau", la nueva serie de documentales sobre la naturaleza que dirige y protagoniza la nieta del célebre comandante Jacques Cousterau, el explorador que inculcó a millones de personas en todo el mundo la pasión por proteger la valiosa naturaleza de la Tierra.
Se llama Céline, nació en Los Angeles hace 47 años, es exploradora y su apellido seguro que les suena mucho: Cousteau. Pues bien, cuarenta años después de la mítica serie de documentales que realizó el comandante Jacques Cousteau, su nieta Céline retoma su legado y recorre los mismos lugares, en los que estuvo su famoso abuelo, desde la Patagonia a la selva del Amazonas pasando por la Antártida o la Polinesia. Y su misión es la misma: alertar sobre la destrucción de los espacios naturales más valiosos de la Tierra. El Canal Odisea estrena hoy "En el mundo, con Céline Cousteau", la nueva serie documental protagonizada por una de las familias que más ha trabajado para proteger nuestro planeta.
Quizá porque nació en California, Céline habla un perfecto español con "acento francés" y nos concede la primera entrevista a un medio audiovisual de Españapara presentar los documentales de la naturaleza que acaba de dirigir y protagonizar.
Y la primera pregunta es casi obligada, ¿qué recuerda de su abuelo, el comandante Cousteau, cuyos documentales convirtieron en defensores de la naturaleza a millones de personas en todo mundo?
Recuerdo que me contaba muchas historias y que siempre estaba caminando, nunca estaba sentado. Siempre estaba pensando en algo, calculando los detalles. Su vida era el trabajo de explorar y compartir y creo que su pasión inspiró al mundo entero. Creo que éste es su principal legado.
Todos los jóvenes que veíamos la televisión en los años 70 y 80 del siglo pasado no nos perdíamos ni un capítulo de la famosa serie que protagonizó su abuelo: "Mundo Submarino". Pero creo que usted ahora quiere reivindicar también el extraordinario papel que hicieron las mujeres de la familia Cousteau y que, desgraciadamente, en los documentales queda en un segundo plano.
La persona famosa es mi abuelo, pero su mujer, mi abuela, fue la persona que pagó la compra del “Calypso”, el barco con el que dieron tantas vueltas al mundo, y, además, fue la persona del equipo que más tiempo pasó a bordo de este conocido buque oceanográfico. Más incluso que mi abuelo. Además, también tengo la herencia de mi madre, una fotógrafa que trabajó en el Calypso durante 13 años. Y ellas me enseñaron que las mujeres también pueden hacer lo que se propongan.
Dos generaciones después, retoma el trabajo de su abuelo donde este lo dejó y con el objetivo de mostrarnos cómo los seres humanos hemos seguido destruyendo la naturaleza a pesar de las advertencias del comandante Cousteau, pero ¿ha cambiado mucho el trabajo de los exploradores desde los tiempos de su abuelo?
Lo importante para mí no es viajar por viajar, sino para enseñar cómo el ser humano está destruyendo los espacios naturales donde viven muchas especies de animales y plantas. Y la importante es que hagamos algo para evitarlo. Para mi viajar es compartir la experiencia de las personas que están ahora trabajando para evitar la destrucción de nuestro planeta.
Su serie "En el Mundo" arranca con un viaje a la Patagonia, en el Cono Sur, recorriendo los mismos lugares donde su abuelo descubrió, por ejemplo, que las ballenas estaban a punto de extinguirse. Esto sirvió para que la Comisión Ballenera prohibiera la caza comercial de estos grandes cetáceos, pero, cuatro décadas después, usted ha sido testigo de que la degradación de la Patagonia continúa y esto ,incluye, la muerte de los últimos indígenas que viven allí.
Bueno, prácticamente, esta etnia ha sido casi exterminada por la invasión de los colonizadores y porque los gobiernos no han sido capaces de proteger a estos pueblos indígenas que viven en la Patagonia desde hace miles de años. Y yo tuve la suerte de estar con uno de los últimos hombres de este pueblo indígena, que conoció a mi abuelo cuando estuvo en la Patagonia hace 40 años. Y para mí es el comienzo de una buena amistad.
La gran cuestión es si aún estamos a tiempo de parar la destrucción de nuestro planeta.
Sí, todavía estamos a tiempo, pero hay que actuar ya. Cada día que me levanto me digo que hay que hacer algo positivo. Pero es importante que cada persona del mundo encuentre su pasión y, sobre todo, sienta el poder de que sus acciones positivas pueden salvar este planeta.
En 1972, el año en que usted nació, Jacques Cousteau navegó hasta los mares del sur para observar las ballenas de la Tierra del Fuego y lanzó un mensaje de socorro, porque la supervivencia de la especie estaba en peligro. Más de cuatro décadas usted filma otra gran aventura en barco de 3.000 kilómetros por la costa de Chile. ¿Los seres humanos hemos aprendido la gran lección ecología que nos legó su abuelo?
Lo que me pone triste es que tenemos que estar en una situación de crisis para que la gente reaccione. Pero creo que hay que decidir ser optimista, hay que decidir que uno ama la naturaleza y que, cada día, hay que realizar acciones para salvarla.
Javier Gregori
SER
Lo que verán:
En el mundo con Céline Cousteau. Episodio 1: Patagonia, mar de hielo, estreno viernes 21 de junio, 16:00h. Episodio 2: Patagonia, tierra de fuego, estreno viernes 28 de junio, 16:00h.
SER
Lo que verán:
En el mundo con Céline Cousteau. Episodio 1: Patagonia, mar de hielo, estreno viernes 21 de junio, 16:00h. Episodio 2: Patagonia, tierra de fuego, estreno viernes 28 de junio, 16:00h.
Céline Cousteau: «Como al resto de mi familia, me llegó el turno de hacerlo»
Sigue los pasos de su abuelo Jacques-Yves con 'En el mundo', que estrena este viernes el canal Odisea
Porque de casta le viene al galgo, Céline Cousteau (Los Ángeles, California, Estados Unidos, 47 años) protagoniza la serie documental 'En el mundo (con Céline Cousteau)', que el canal Odisea estrena hoy a las 16.00 horas. En ella, la activista sigue los pasos de su abuelo, Jacques-Yves Cousteau, y dos generaciones después continúa la investigación que inició su progenitor por la selva amazónica, la Antártida, la Polinesia o el Himalaya.
- ¿En qué momento decidió continuar con la tradición familiar?
No sé si lo decidí. Más bien, creo que la vida lo decidió. Empecé a hacer documentales en 2006, cuando mi papá estaba haciendo una serie para la televisión americana. Yo tenía algo de tiempo y propuse ayudarle. En una ocasión, mi papá no pudo viajar y yo empecé a hacer las entrevistas con los científicos. Pensé: 'Qué lindo tener esto, poder ir a buscar historias, inspirar personas alrededor del mundo con documentales. Quiero hacer más'. Y empecé poco a poco. En el año 2008 hice mis propios documentales, unos vídeos cortos sobre héroes del mundo. Y unos doce documentales para la televisión chilena, que son los culpables de mi posible acento chileno. Me gusta, tengo la pasión y, como al resto de mi familia, me llegó el turno de hacerlo.
- Entonces, ¿la inspiración es uno de los objetivos del documental?
Sí, inspirar a la gente mediante los héroes que están luchando. No quiero que la gente se sienta mal, porque eso no anima. Quiero que se sienta con poder, con el deseo de proteger, con ganas de soñar, y que se anime, quizá con rabia, porque a veces puede ser usada para algo bueno.
- ¿Y cómo intenta conseguirlo?
Fuimos a la Patagonia para cinco semanas. La idea no solo era hablar solamente de mi pasado, de mi abuelo, del planeta. sino descubrir personas que están trabajando el terreno: científicos, protectores de un parque nacional. Para poder hablar con ellos de lo que está pasando en el medioambiente. Es muy importante no negar lo negativo, que lo vemos todos los días en las noticias, pero también celebrar lo positivo y decir: podemos hacer más. Allí hay héroes que trabajan en el terreno, aunque no haya cámaras ni premios, que luchan porque entienden la importancia de lo que están haciendo.
- ¿Qué problemas medioambientales se ha encontrado?
Por ejemplo, el problema del plástico, que es un tema muy mediático. Se prevé que en el año 2050 habrá más plástico en el océano que peces. Y uno piensa: ¿Pero cómo puede ser así? Es algo que ponemos nosotros, que no apareció por arte de magia. Es un gran problema de concienciación del ser humano. Y eso para mí es una conexión con todo. Hay que entender el impacto que tiene una pajita o un vaso de plástico que tiramos después de un uso, hay que tener una mejor educación, y saber que todo lo que hacemos es importante.
- ¿Ha atisbado posibles soluciones a esos problemas?
He trabajado mucho en Brasil, en la Amazonia, con varias etnias que están viviendo allí, y veo que donde hay grupos indígenas originarios no hay deforestación. La Amazonia nos da el 20% de nuestro oxígeno. Podría decirse que ellos son los guardianes de un ecosistema del que dependemos. Invierte en personas, y protegerás el ecosistema.
- En la primera entrega 'persigue' a la ballena azul, ¿es el animal que más le ha sorprendido?
En realidad, me quedo fascinada con todos los animales. Llega uno y soy como una niña que ama los gatos y que no puede parar de abrazarlos. Me fascinan los pumas, y hemos tenido la oportunidad de ver uno en medio de la noche con lluvia. Fue un momento de magia suficiente para animarme un año más. Lo vi con mis ojos, y en ese momento entiendes, amas y sientes. Piensas: 'Este animal me ha dejado estar cerca'. Sentí lo mismo pasando al lado de una ballena azul, que es un animal tremendo. Te das cuenta de lo pequeño que eres y de lo lindo que es saber todo esto.
Julián Alía
Burgosconecta
Escucha a Celine Cousteau en una entrevista en el programa "La Ventana" de la cadena SER, aquí
Céline Cousteau: «La próxima especie en extinción podríamos ser nosotros»
En 1972, Jacques-Yves Cousteau, uno de los exploradores más famosos del siglo XX, viajó hasta la Patagonia para observar las ballenas en su hábitat natural. Ese mismo año, nacía una de sus nietas, Céline Cousteau. Ahora, esta exploradora y documentalista vuelve sobre los pasos de su abuelo en la serie documental «En el mundo con Céline Cousteau», que llega hoy (16.00 horas) a Odisea. «Fue algo simbólico regresar al año de mi nacimiento, pero no contamos la historia de mi abuelo. Fue un guiño. Aquí encontraremos personajes increíbles, como científicos que trabajan con ballenas y expertos que protegen la selva o descubren nuevas especies. El público descubrirá a gente que no solo se esfuerza por conocer mejor el medio ambiente, sino también por protegerlo», cuenta Céline Cousteau en español al otro lado del teléfono.
Aunque la sombra de su abuelo ha marcado a toda esta familia de aventureros, Céline Cousteau subraya las diferencias de su trabajo. «Los personajes son nuevos, la lucha por las ballenas ha cambiado, todo es diferente a lo que vivió él. No queríamos pensar cómo se sentiría o qué diría, sino dejar hablar a los que luchan aquí y ahora. Mi abuelo es parte de mí, pero toca darle las gracias por su legado y seguir hacia delante», explica.
En esta gran aventura, que se ha grabado en cinco semanas, navegará por el estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos, atravesará la cordillera de los Andes, llena de volcanes y glaciares, y entablará amistad con los indios mapuche, entre otros. Sus próximos viajes la llevarán a la selva Amazónica, la Antártida, la Polinesia y el Himalaya, entre otros lugares. «Actualmente las expediciones son más cortas, los barcos son más poderosos y la comunicación y preparación es más fácil. Ahora tenemos drones y mi abuelo grababa con helicópteros. También ha mejorado la seguridad, gracias a los móviles y teléfonos vía satélite. Antes, cuando te alejabas de la costa solo tenías la radio», plantea la joven, que pasó parte de su infancia a bordo del Calypso.
Aunque tanto su fallecido tío Philippe, primer gran heredero del gen explorador, como su padre Jean-Michel, su hermano Fabien y sus primos, Alexandra y Philippe Jr, han dedicado su vida a los documentales, Céline tardó algo más en descubrir esta vocación. Estudió psicología, arte y relaciones interculturales. «Me interesaba saber cómo funciona el ser humano, nuestras motivaciones. Eso me sirve cuando hablo con gente que no se preocupa por el medio ambiente», reconoce. «No me forzaron a dedicarme a esto», bromea. «Me ofrecí a ayudar a mi papá hace años y me encantó». Sin embargo, esta producción no está asociada a la Sociedad Cousteau, que heredaron, no sin tensiones familiares, la segunda viuda de Jacques Cousteau y sus dos hijos.
Inspiración para las mujeres
«Creo que los hombres han tenido el camino más fácil, les cuesta menos dejar a los niños… Pero los tiempos han cambiado». «Espero que esta serie sirva de inspiración para muchas mujeres y niñas. Yo tengo un marido que me apoya. Él es cámara y a veces viaja conmigo, pero otras sabe que tengo que ir yo y se queda con nuestro hijo», cuenta, convencida de que el momento para concienciar al mundo es ahora. «Todo el mundo puede actuar, cada persona tiene el poder de generar un cambio. Hay un millón de especies en vías de extinción, la próxima podríamos ser nosotros», reivindica.
ABC
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