El jueves 21 de agosto, la CONMEBOL condenó la violencia de los aficionados que obligó a suspender el partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile en Buenos Aires, que dejó varios heridos y provocó múltiples arrestos, y prometió sanciones severas como respuesta.
El organismo rector del fútbol sudamericano suspendió el partido del miércoles en el estadio Libertadores de América de Independiente poco después del inicio de la segunda mitad, en medio de una creciente preocupación por la seguridad, con el partido empatado 1-1 y el equipo chileno ganando 2-1 en el global.
Los aficionados chilenos lanzaron objetos contra los aficionados locales, lo que provocó que los aficionados de Independiente irrumpieran en el sector visitante. En medio del caos, al menos un aficionado chileno saltó desde la tribuna superior para escapar.
"La Confederación expresa su repudio y condena enérgicamente los actos de violencia ocurridos dentro y fuera del estadio... La institución actuará con la máxima firmeza, de acuerdo con el reglamento de la Comisión de Disciplina", declaró la CONMEBOL en un comunicado.
Añadió que se encuentra actualmente recopilando datos y procesando información, la cual se remite a la Unidad Disciplinaria para la aplicación de las sanciones correspondientes.
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