Solo es 2 de enero pero los habitantes de la ciudad de Sunndalsøra en el oeste de Noruega se sienten como en verano. Acostumbrados por estas fechas a temperaturas bajo cero, este jueves por la mañana han registrado durante unas horas un récord de 19 grados centígrados. Algo inaudito para este país escandinavo. Yvonne Wold, alcaldesa de la localidad de Rauma, en la misma provincia, ha aprovechado para nadar en uno de los fiordos, pero confiesa su preocupación por la subida de las temperaturas.
"La gente debería disfrutar del buen tiempo, sobre todo aquí, un buen lugar para que cualquier amante de la naturaleza nade o esquíe", dice. El reportero le pregunta si se debería celebrar temperaturas así un 2 de enero, a lo que Wold responde: "Está claro que es un indicador del calentamiento global".
Según datos de Greenpeace, la temperatura media mundial ha aumentado 1,1 grados desde la época preindustrial y en los últimos cinco años, el nivel del mar ha subido 5 mm.
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