La extraordinaria carrera de Cecilia Vicuña, la chilena que recibió el León de Oro en la Bienal de Venecia 2022
Este fin de semana abrió sus puertas la 59 Bienal de Venecia, con la mayor representación femenina en sus 127 años de historia.
El sábado, América Latina vivió un momento significativo, cuando la artista y poeta chilena Cecilia Vicuña recibió un León de Oro a la Trayectoria, galardón que compartió con la alemana Katharina Fritsch.
"Durante décadas, Vicuña ha recorrido su propio camino, con precisión, humildad y obstinación, anticipándose a muchos debates recientes sobre la ecología y el feminismo e imaginando nuevas mitologías personales y colectivas", destacó la curadora de la bienal, la italiana Cecilia Alemani.
"El lenguaje artístico de Cecilia Vicuña se basa en una gran fascinación por las tradiciones indígenas y las epistemologías no occidentales", agregó Alemani.
La bienal, que había sido pospuesta a causa de la pandemia, se celebrará hasta el 27 de noviembre de 2022.
Los ojos de la madre
Cecilia Vicuña nació en Santiago de Chile en 1948, en una familia de artistas, y estudió arte en la Universidad de Chile y la Slade School of Fine Arts de Londres, donde se encontraba cuando ocurrió el golpe militar de Augusto Pinochet en septiembre de 1973.
Desde 1975 a 1980 vivió en Bogotá y después se estableció en Nueva York, donde todavía radica.
Recientemente, la galería Tate Modern de Londres, que adquirió una de esas instalaciones, Quipu Womb (2017), anunció que Vicuña realizará la próxima Comisión Hyundai para su Turbine Hall, uno de los encargos más codiciados en el circuito artístico internacional.
En el pabellón Giardini de la Bienal de Venecia se exhiben una serie de cuadros y una instalación que representan su obra desde mediados de la década de 1960 hasta la fecha.
La instalación, NAUfraga (2022) fue realizada especialmente para esta bienal con sogas y desechos hallados en la ciudad de los canales y hace pensar en su lento hundimiento a causa del cambio climático.
NAUfraga representa una continuación de sus trabajos llamados 'precarios', con 'basuritas', que comenzó a realizar en Chile en 1966.
Algunos de los cuadros son recientes, como Virgen Puta (2021), mientras que otros, como La Comegente (2019) y Llaverito (2019), se basan en obras perdidas de la década de 1970.
Una de las pinturas de esos años que sí se conservó y se exhibe en la bienal, Bendígame mamita (1977) -un retrato de su madre- fue seleccionada para el material publicitario de la bienal y su catálogo.
La pintora chilena ha destacado en sus medios sociales que, gracias a eso, los ojos de su madre están por doquier en Venecia.
Otras mujeres también hicieron historia en esta Bienal.
La estadounidense Simone Leigh fue nombrada mejor artista de la bienal y el pabellón del Reino Unido, con la obra de Sonia Boyce, fue seleccionado como mejor representación nacional.
Es la primera vez que dos mujeres negras, Leigh y Boyce, se llevan los galardones de posiblemente mayor prestigio en el mundo del arte contemporáneo.
La exposición principal, cuyo nombre, La leche de los sueños, se inspira en el título de un libro de la artista surrealista británico-mexicana Leonora Carrington, incluye a más de 200 artistas de 58 países.
Según la curadora, la decisión de que la mayoría de las obras fueran de mujeres y artistas con inconformidad de género refleja "una reconsideración deliberada de la centralidad del hombre en la historia del arte y la cultura contemporánea".
La exposición incluye obras de otros creadores de América Latina, como la cubana Belkis Ayón, cuyas colografías inspiradas en temas afrocubanos abren el pabellón Arsenale, alrededor de un enorme busto de una mujer negra cuya falda parece una choza.
Fue precisamente por ese busto, llamado Casa de Ladrillo (2019), que Simone Leigh recibió el León de Oro.
También se muestran tres arpilleras de la chilena Violeta Parra y cinco gigantescas esculturas-hornos del argentino Gabriel Chaile, que representan a miembros de su familia.
Una de las salas está dedicada a una bellísima instalación de la artista colombiana Delcy Morelos, Paraíso Terrenal (2022), en la que los espectadores caminan entre grandes masas de tierra que huelen a heno, cacao, harina de mandioca y especias.
En general, esta bienal ofrece menos obras en video que ediciones anteriores y más pinturas, esculturas, cerámicas, trabajos textiles e instalaciones.
Y quizás porque prima la mirada femenina, muchas de las obras tienen una gran fuerza poética e invitan a la meditación.
Para muchos de los visitantes y de los propios artistas, se trata de un momento histórico y esperanzador.
BBC
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