Es la hora de la cena en Madrid y una veintena de jóvenes voluntarios salen cinco noches a la semana a entregar comida a alrededor de 120 personas sin hogar. Entre los donantes de alimentos hay empresas privadas, instituciones o centros médicos quizá conscientes de que cualquier ciudadano puede acabar obligado a pasar la noche sin un techo.
“Muchísimos casos son circunstancias externas a la persona", destaca Esperanza Vera, presidenta de la asociación Bokatas. "Son divorcios, pérdidas de empleo… Estamos viendo a gente en la calle con trabajo, con trabajo precario y que no tiene dinero para pagarse una habitación”, añade Vera.
Según el último recuento, de diciembre del año pasado, en Madrid hay casi 2800 personas sin hogar y al menos 650 duermen en la calle. Casi la mitad del total ha sufrido algún delito de odio. Sus circunstancias les hacen reacios a hablar con los medios de comunicación. En los voluntarios encuentran algo más que sustento.
“Lo bonito es la relación. Y es el estar juntos y acompañarnos en la medida de lo posible. El sinhogarismo es un fenómeno de exclusión social y hay un problema de soledad muy profundo”, señala Vera.
Tras los días de trabajo, a los voluntarios les espera un fin de semana especial. Cientos de personas se han unido a ‘La Noche sin Hogar’, que se celebra paralelamente en diferentes partes del mundo. Todas las actividades que se llevan a cabo tienen como objetivo conseguir un total de 45 millones de euros destinados a paliar una situación desesperada de la que algunos han conseguido salir.
Paco García pasó veinte años en la calle. "Esta iniciativa yo creo que es muy importante porque tampoco es tanta gente la que hay en la calle y yo creo que se puede arreglar el problema si hubiera más ayuda de los gobiernos y de mucha más gente", subraya García.
A solo cinco grados de temperatura, muchos han elegido pasar una noche a la intemperie por una causa que bien vale un resfriado. Con esta iniciativa Madrid se une por primera vez a más de cincuenta ciudades entre las que están Londres, Nueva York o Edimburgo. Los asistentes saben también que están llevando a cabo una importante tarea de concienciación.
Euronews
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