El incendio desatado el viernes cerca del parque de Yosemite, en California, arrasó 6.300 hectáreas y sigue sin estar controlado. El fuego, bautizado Oak Fire, afecta al condado de Mariposa, donde se han habilitado refugios para acoger a los 6 mil evacuados. El gobernador de California ha declarado el estado de emergencia.
La cadena CNN detalló que es el mayor incendio en activo en California.
Cerca de 6.000 personas han recibido orden de evacuación y el fuego amenaza a unas 2.000 estructuras, incluidos edificios residenciales y comerciales, según detalla el diario The Washington Post. Ha destruido totalmente diez y dañado parcialmente a cinco.
El fuego se encuentra a unas 30 millas (48 kilómetros) del parque nacional de Yosemite, uno de los más populares de EE.UU., que entre sus atracciones cuenta con el monolito El Capitán y el bosque Mariposa, donde algunos árboles, con edades de hasta 2.000 años, alcanzan alturas de casi 80 metros.
"Ha ido de mal en peor", indicó la cuenta de Twitter del mapa interactivo del condado.
El fuego ha obligado a cerrar carreteras y se ha visto impulsado por las altas temperaturas, condiciones de extrema seguía y el viento.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha declarado el estado de emergencia y ha pedido a las agencias estatales que movilicen a su personal y recursos para contenerlo.
A menos de 16 kilómetros al este de ese incendio, el desatado el pasado 7 de julio y bautizado como Washburn ha afectado ya a unas 2.000 hectáreas y está controlado en un 79 %, según los últimos datos.
El Servicio Forestal estadounidense consiguió alejar esas llamas de las icónicas secuoyas de Yosemite, pero el fuego se extendió hacia el este hasta acercarse a otro parque protegido, el Sierra National Forest.
Los motivos de ese primer fuego, que comenzó en el interior del área protegida de Yosemite, siguen bajo investigación, aunque las autoridades locales apuntaron a mediados de mes a un probable origen humano, ya que ese día no hubo relámpagos.
Euronews
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