Desde que comenzó la guerra, más de 40.000 rusos han huido a Georgia. Sin embargo, muchos ciudadanos del país receptor miran con desconfianza e incluso con hostilidad a quienes llegan de la odiada Rusia.
Georgia es para muchos rusos un refugio en el que salvaguardarse de la represión estatal o de las sanciones occidentales. Artyom Petukhov, organizador de una manifestación contra la guerra, tuvo que huir del régimen de Putin prácticamente con lo puesto. Lo ayudó Egor Kuroptev, un ruso exiliado desde hace diez años en Georgia. Tanja, de Moscú, no es ninguna activista, sin embargo, quiere buscarle un futuro a sus cuatro hijos en Georgia y se las arregla sola como puede.
En Georgia, crece ahora el temor a que cada vez más rusos quieran instalarse aquí. Muchos georgianos le exigen al gobierno que imponga un régimen de visados más estricto que permita diferenciar entre quienes "huyen del dictador" y quienes "huyen de las sanciones". La situación política entre Georgia y Rusia es ya de por sí tensa, ya que un 20 por ciento del territorio de Georgia sigue ocupado por Moscú desde la guerra del Cáucaso en 2008. Hay un miedo omnipresente a que Georgia pueda convertirse en el siguiente objetivo de Rusia y a que Putin ocupe todo el país. Por este motivo hay voluntarios georgianos luchando del lado ucraniano contra Rusia y arriesgando su vida por su propia causa.
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