Inundaciones, incendios, olas de calor: los expertos del IPCC, alertan de un alza de las temperaturas. Urgen a llevar a cabo una reducción inmediata de gases de efecto invernadero. Y la UE se propone alcanzar la neutralidad climática para 2050.
La Unión Europea quiere lograr una reducción de emisiones de CO2 con el "Green Deal". En Berlín ya se decidió que, a finales de la presente década, Alemania solo emitiría un 65 por ciento de los niveles de 1990. El mayor país industrializado y principal emisor de CO2 podría convertirse así en modelo para Europa.
El reto al que con ello se debe enfrentar la economía alemana es hercúleo. ¿Podrá pronto Alemania reducir su huella de carbono a cero? ¿O los objetivos de protección del clima no son más que humo?
Lo difícil que es el cambio lo demuestra el rubro automotriz. Los autos de combustión e híbridos siguen siendo una "máquina de hacer dinero", como se decía en círculos de Mercedes aún a principios de 2021. Se siguen vendiendo los modelos estrella, que pesan varias toneladas y que consumen en la práctica bastante más que diez litros. Pero no parece que esté próximo el fin de los autos de combustión. La mayor parte de los vehículos están parados más tiempo que circulando, opina la experta del Instituto Alemán de Investigación Económica, Claudia Kemfert y pide en un futuro más servicios de movilidad, vía app, que autos y un cambio más rápido del modelo de tránsito, dejando de lado el auto particular y fomentando el transporte ferroviario.
"Tenemos muchas posibilidades de echarlo todo a perder", teme el jefe de Salzgitter AG, Gunnar Groebler. Los expertos coinciden: hace falta instalar una enorme potencia de energías renovables, hace falta agilizar los trámites de autorización, hace falta aumentar la red eléctrica y hacen falta directrices políticas más claras. Groebler quiere producir pronto acero con tecnología de hidrógeno, para lograr que su empresa sea respetuosa con el medio ambiente y sostenible en un futuro.
Con el "Green Deal" la UE quiere desarrollar e implementar, con todos los agentes sociales, nuevas estrategias de acción y dirigir los flujos de capital a la financiación de inversiones sostenibles. Aunque no todo el mundo esté de acuerdo, lo cierto es que la industria se está transformando a un ritmo acelerado. Las ideas están sobre la mesa, también los problemas a la hora de implementarlas. "Tenemos que redoblar el ritmo", afirma la ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, "la transformación afecta a la sociedad en su conjunto."
DW
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