Franceses y dibujantes del semanario que puso a prueba los límites de la libertad de expresión recuerdan a los asesinados. El 7 de enero de 2015, dos pistoleros enmascarados vinculados a Al Qaeda irrumpieron con fusiles de asalto en lo que entonces eran las oficinas de Charlie Hebdo y mataron a 12 personas. Los atacantes buscaban vengar al profeta Mahoma después de que el semanario publicara caricaturas burlándose del profeta. Los asesinatos provocaron una oleada de simpatía nacional expresada en el lema "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie) y suscitaron un debate sobre la libertad de expresión y de religión en la Francia laica.
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