En muchas universidades femeninas de Corea del Sur está aumentando el descontento. Desde principios de noviembre, las estudiantes han estado protestando contra la intención de las universidades de convertirse en mixtas, pero sus manifestaciones no han sido recibidas con agrado.
“Preferimos morir antes que abrir nuestras puertas”: los carteles de protesta a la entrada de la Universidad de Dongduk, en Seúl, reflejan el malestar que se extiende por el campus. Las estatuas de los fundadores han sido atacadas con huevos, las paredes están cubiertas de grafitis y las jóvenes organizan sentadas en desafío a las autoridades académicas.
De las siete universidades reservadas para mujeres en Corea del Sur, cinco han sido el centro de crecientes protestas durante el último mes, pero se han topado con una ola de reacciones antifeministas.
El sistema mixto se explica por la tasa de natalidad en picada en Corea del Sur, que se traduce en menos estudiantes en edad universitaria y menos matriculadas.
Sin embargo, dentro de la comunidad estudiantil de Dongduk, muchas se oponen firmemente a la transición y no son las únicas.
Desde las protestas iniciales, estudiantes de otras cuatro universidades femeninas se han sumado al movimiento.
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