Mientras el Gobierno de Brasil impulsa casi dos centenares de polémicas subastas petroleras y ya adjudicó 34 concesiones, la población indígena y diversos activistas ambientales alertan sobre los potenciales efectos negativos, sobre todo de aquellas exploraciones cercanas a la desembocadura del río Amazonas. Esto, mientras Brasil se prepara para ser el anfitrión de la cumbre climática COP30 este año.
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