MEDIO AMBIENTE: Hay tanto CO2 en la atmósfera que la solución, además de limitar su emisión, es eliminarlo del aire
Todos sabemos que la emisión de CO2, derivada de la quema de combustibles fósiles como la gasolina, el carbón o el gas natural es nociva para el planeta y para el futuro del ser humano.
El dióxido de carbono es uno de los varios gases de efecto invernadero que está haciendo que nuestro planeta se caliente cada año que pasa y las consecuencias de este aumento de temperaturas las estamos viviendo a lo largo y ancho del globo: inundaciones, olas de calor, incendios, sequías, huracanes más frecuentes y más potentes. La lista va creciendo.
Hay tanto CO2 acumulado en la atmósfera, que la solución -además de dejar de emitirlo- requiere que quitemos algunos de estos contaminantes ya existentes para poder llegar a un nivel de neutralidad de emisiones. Para lograr esto, existe una técnica llamada captura directa de aire. Hace unos días, en Islandia, se inauguró el 8 de septiembre la planta más grande del mundo que, además, es la primera que almacena el CO2 de manera permanente.
El aire es succionado a través de unos ventiladores gigantes y pasado por un filtro especializado que almacena el CO2. Ese dióxido de carbono es luego mezclado con agua y transportado bajo tierra donde se mineraliza en roca basáltica, un tipo de roca volcánica muy abundante en el planeta. La mineralización del CO2 es algo que sucede naturalmente en la tierra, pero que se demora mucho tiempo, así que lo que hace este sistema es acelerarlo. Estos dos procesos los desempeñan en conjunto Climeworks y Carbfix.
La planta, bautizada Orca -que en islandés significa energía-, utiliza energía geotérmica para su funcionamiento, así que el impacto en cuanto a emisiones es casi nulo. De hecho, desde su construcción hasta el final de su vida útil, Orca solo reemite el 10% de las emisiones que captura, es decir, es un 90% efectivo en la remoción de CO2.
Por ahora, esta planta es capaz de capturar y almacenar de manera permanente 4.000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivale a las emisiones de unos 790 automóviles. Una cantidad pequeña, teniendo en cuenta que en 2019 emitimos más de 33.000 millones de toneladas, algunos millones menos en 2020 por la pandemia de Covid-19. Según estos números, harían falta unos 8.350.000 sistemas como Orca para eliminar todo el CO2 que emitimos cada año. Pero, por ahora, Climewrosk tiene solo 15 sistemas de captura de carbono operando y ninguno tan grande como este.
El problema de esta tecnología es que los costos son muy altos: quitar una tonelada de CO2 del aire cuesta unos 1.100 dólares. Sin embargo, en Climeworks son optimistas en cuanto a su crecimiento y con él, el abaratamiento de capturar el CO2. Julie Gosalvez, directora de mercadeo de Climeworks, en entrevista con France 24, aseguró que han "multiplicado (su) capacidad por diez en los últimos dos o tres años" y que continuarán con ese ritmo de crecimiento en los venideros. Gosalvez además recordaba que "que son ritmos parecidos a la industria eólica en los últimos 30 o 40 años" y que "la experiencia ha demostrado que los costos se han reducido drásticamente".
Sin embargo, desde Climeworks insisten en que las políticas públicas tienen que empezar a facilitar este tipo de tecnología con, por ejemplo, subsidios similares a los que recibieron la energía solar o la fabricación de vehículos eléctricos. Según los fundadores, este sistema es 1000 veces más eficiente capturando carbono que los árboles y esperan poder alcanzar el millón de toneladas capturadas al año en la segunda mitad de esta década.
TerrAmaz, el proyecto de la Agencia Francesa de Desarrollo, lanza su misión en Perú
Otra manera de controlar las emisiones del planeta es a través de la conservación de bosques y selvas y este es uno de los objetivos de TerrAmaz, el proyecto financiado por la Agencia Francesa de Desarrollo en cuatro países: Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
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