En la localidad chilena de Iquique, el rechazo al inmigrante ha estallado este fin de semana en forma de protestas y actos de gran violencia.
Manifestantes quemaron el sábado carpas, colchones, bolsos y hasta juguetes en un campamento de inmigrantes indocumentados. Las fuerzas del orden también tuvieron que intervenir para controlar escaramuzas provocadas por algunas personas que querían agredir a venezolanos en las calles.
Miles de personas marchan contra los indocumentados
Todo esto ocurrió en el marco de una marcha, que reunió a unas tres mil personas al grito de "No más inmigración ilegal" y en la que abundaron las banderas chilenas.
"Lo impregnaron todo de inmigrantes, ancianos, enfermos, ignorantes y hablando otro idioma", clamaba una manifestante.
"La mejor solución es que todos los ilegales se vayan de esta ciudad, se vayan a su ciudad, a su país, donde ellos corresponden", opina una joven.
"Y sacar la delincuencia más que nada, porque esto era un foco de delincuencia", añade otra mujer.
Desalojo de un campamento migrante en una plaza de Iquique
La chispa que encendió el polvorín en Iquique fue el desalojo el viernes pasado, por los carabineros, de un campamento de inmigrantes en la Plaza de Brasil. En este lugar, desde hace un año, pernoctaban en carpas unas cien familias, la mayoría venezolanas y con numerosos niños.
"Eso fue a las seis de la mañana. Llegaron los oficiales a desalojarnos de nuestras carpas -relata una inmigrante venezolana-. Y aquí estamos, en una esquina, viendo para donde agarramos y donde pasamos la noche con nuestros niños".
En el desalojo, rechazado por autoridades locales y organismos humanitarios, se perdió un niño venezolano de 4 años, que no encontraron hasta un día después.
En Chile se estima que hay alrededor de 400 000 inmigrantes venezolanos, aunque podrían ser más, porque un gran número ingresan por pasos clandestinos.
Euronews
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