Estonia comienza a eliminar de sus calles los monumentos soviéticos. Su objetivo es proteger el orden público. El primero en desaparecer de las calles es este tanque que ha sido trasladado a un museo. En los últimos días había sido utilizado como altar. Situado en Narva, cerca de la frontera rusa, servía para algunos como lugar de encuentro. Es uno de los 7 monumentos que el Gobierno prevé quitar de esta ciudad.
Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, destaca:"Según nuestra constitución, la paz dentro del país es el valor central del Estado estonio, y la defensa de la paz dentro y fuera del país es una de las principales tareas del Estado. No daremos a Rusia la oportunidad de utilizar el pasado para perturbar la paz en Estonia. Y por eso hay que retirar urgentemente estos monumentos utilizados para la guerra informativa, en aras de la paz nacional".
El desmantelamiento de los monumentos soviéticos es parte de una campaña más amplia impulsada en Estonia debido a la invasión rusa de Ucrania.
Estonia que comparte una frontera de unos 300 kilómetros con Rusia ha adoptado una postura dura desde el comienzo de la agresión. La vecina Letonia también ha iniciado este verano una campaña similiar a la de Estonia demoliendo el Monumento de la Victoria.
Euronews
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