En el pequeño pueblo de Leidingen se vive de forma única la idea de una Europa unida. Dividido por la mitad, una parte de Leidingen pertenece a Alemania mientras que la otra está en Francia. Los habitantes de este singular pueblo aseguran que esta situación les brinda una protección especial contra los nacionalismos. Sin embargo, no todo es perfecto: la doble burocracia derivada de pertenecer a dos países diferentes resulta molesta para algunos residentes, quienes enfrentan complicaciones y trámites adicionales en su vida diaria. Este peculiar pueblo plantea un interesante debate sobre las ventajas y desafíos de una Europa sin fronteras. ¿Conoces otro pueblo similar en tu país?
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