Tras una semana en el poder, los talibanes intentan instalar una atmósfera de normalidad en las calles afganas. Las tiendas han vuelto a abrir, a aprovisionarse, y ya no hay saqueos. La gente afima sentirse segura.
"Cuando llegaron los talibanes, nuestras tiendas cerraron por miedo a los saqueos, pero desde hoy hemos reabierto y por ahora estamos contentos", dice un comerciante.
"Todo el mundo debería reabrir sus tiendas y continuar trabajando. Aseguramos que no hay problemas de seguridad, y si los hubiera, la gente debe dirigirse a nuestro departamento más cercano. Operamos incluso a medianoche", afirma un talibán.
Sin embargo, no todo parece completamente normal en las calles de la capital afgana: las oficinas de los ministerios siguen cerradas, ya que todavía no se ha formado un nuevo Gobierno.
"Se debería crear un marco para llevar a cabo las tareas administrativas como de costumbre. La gente de las provincias viene a Kabul para resolver sus asuntos, pero lamentablemente las puertas de los ministerios y departamentos gubernamentales están cerradas.", se queja un hombre.
Los talibanes aseguran que la presencia de patrullas permite garantizar la seguridad de los ciudadanos, aunque haya informes de que se está persiguiendo a quienes trabajaron para la anterior Administración.
Los insurgentes incluso han publicado un vídeo en el que un grupo de niñas están yendo a la escuela en la provincia de Kunduz, aunque nadie puede estar seguro de que no sea un montaje...
Euronews
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