El traslado de su familia a La Habana a comienzo de la década de los 50, supondrá su entrada en contacto con artistas populares y grupos tradicionales, principales maestros del trovador. Aunque tuvo algunos años de formación académica en el Conservatorio Municipal de La Habana, realmente fueron los músicos de la calle, de su barrio y los cafés que frecuentaba, los que nutrieron de una mayor diversidad y riqueza sonora al joven. Pablo sigue participando en los programas radiales, pero incursiona también en la TV, así en 1956 participó en el programa “Estrellas Nacientes” demostrando su excelente capacidad musical y dándose a conocer en el medio artístico.
Sesentas
Además de influencias cubanas como el filin o la música tradicional, Pablo también recibió una poderosa influencia de músicas como la norteamericana y la brasileña. A comienzos de los años 60 inicia su carrera profesional en varios grupos vocales como el trío Los Armónicos o el conjunto Sensación, aunque realmente donde tuvo un papel protagónico fue con el Cuarteto del Rey, agrupación de negro spirituals. En esos años claves de su carrera también contó con la contribución de un gran maestro, el músico cubano Luis Carbonell que lo introdujo sobre todo en el mundo de la música barroca, que tanta influencia tuvo también en sus composiciones.
En 1963 compone “Tú, mi desengaño” su primera canción, en la que se destaca una gran influencia del filin. A partir de entonces Pablo comienza a interpretar sus propias canciones en clubes como el Saint John, El Gato Tuerto o el Karachi; y en 1964 pasa a formar parte del grupo vocal, Los Bucaneros.
En 1965, con la composición “Mis veintidós años” Pablo se introducía en un nuevo lenguaje musical que aglutinaba las tendencias tradicionales con su necesidad de experimentar nuevos caminos musicales. De ahí en adelante su condición de compositor se destaca y crea temas como “14 pelos y un día”, “Pobre del cantor” o “Para vivir”, canciones que versaban sobre el amor o el compromiso político y social.
Los años 70
A raíz de sus colaboraciones musicales que comienza a hacer para el cine, en el año 1969 se integra en el Grupo de Experimentación Sonora (GES), donde junto con otros trovadores y músicos trabajan bajo la tutela de maestros como Federico Smith o su gran referencia musical el maestro Leo Brower en la recuperación de músicas tradicionales cubanas y su confrontación con nuevas tendencias contemporáneas que se hacían fuera de Cuba. Por esos años surgen canciones tan emblemáticas como “Yolanda”, “Quien me tienda la mano al pasar” o “Los caminos” entre muchas otras.
En 1975 graba su primer disco “Versos Sencillos”, una idea que le ofrece Haydée Santamaría para musicalizar los poemas de José Martí. A partir de ese año, y disuelto el GES, se hizo acompañar de destacados músicos como Emiliano Salvador, Eduardo Ramos o Frank Bejerano y comienzas las giras con su grupo fuera de Cuba. Italia sería el primer país en visitar para seguirle a continuación, Alemania, Polonia, Bulgaria, España, y México, pero la internacionalización del trovador había comenzado desde la segunda mitad de la década de los 70.
La década de los 80
Su actividad artística tanto internacional como nacional llega alcanzar uno de los momentos más álgidos de su carrera. En Cuba crea para la televisión, junto con Lázaro Gómez y Julio Pulido, el programa “Proposiciones” (1987) que supuso un formato novedoso para la TV cubana de esos años; así mismo en 1988 realiza otro gran proyecto musical que fue la realización de la gira “Amo esta isla”, en la que ofreció más de 22 conciertos por todo Cuba y una gira por todos los barrios de la Ciudad de La Habana que culminó en junio de 1989.
La década de los 90
Siglo XXI
En el año 2005 publica el disco “Como un campo de maíz” (Grammy Latino al Mejor Cantautor en 2006) y en el año 2007 “Regalo”, trabajos realizados en paralelo a varias colaboraciones con otros artistas como el trabajo realizado con el puertorriqueño Andy Montañez y que fue galardonado con un premio Grammy Latino al Mejor Album Tropical Tradicional por el disco “AM/PM, Líneas Paralelas” en 2006 o la excelente colaboración con el pianista Chucho Valdés “Más allá de todo” en 2008.
En el año 2013 publicó el álbum “Renacimiento”, cuyos arreglos musicales son íntegros de Pablo y en el que combina su pasión por la música renacentista y barroca con los géneros más puros de la música cubana (conga, changüí, son, guajiras) y en 2015 recibe el Latin Grammy a la Excelencia Musical. En la última década Pablo ha colaborado con músicos destacados como Pancho Céspedes, José María Vitier o Ara Malikian entre otros. Con Vitier ha publicado dos discos, en el primero “Canción de otoño” (2014) ambos artistas homenajearon a más de una docena de poetas latinoamericanos únicamente a piano y voz, y recientemente resumieron en un disco titulado “Flor oculta de la Vieja Trova” (2019) piezas antiguas de la trova decimonónica cubana que tuvieron a bien de rescatar. Con Miguel Núñez, pianista y director musical de su agrupación, presentó en 2017 un trabajo, también a piano y voz: “Flores del futuro” cuyas letras fueron compuestas por Pablo y la música por Núñez. Pablo participó también en el disco “Amor” (2017), homenaje que su hija Haydée ha realizado con temas clásicos de la obra del cantautor.
Como obra más reciente publicó una grabación realizada en Cuba con tres extraordinarios músicos de jazz cubano actual (Rolando Luna, Gastón Joya y Ramsés Rodríguez) de Standards de jazz (2019) norteamericano. Con este disco original, pues es íntegramente cantado en inglés, Pablo quiso hacer un guiño a sus primeros años de intérprete en los clubes nocturnos de la Habana de comienzos de la década de los 60s.
En la actualidad continúa componiendo para un nuevo disco propio a la vez que realiza múltiples presentaciones en directo y muchas colaboraciones, sobre todo con jóvenes músicos.
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