A lo mejor no es casualidad que la punta de lanza de las investigaciones sobre cómo alargar la vida y minimizar la vejez esté en los Estados Unidos, donde la medicina no tiene pacientes, sino clientes.
En una sociedad europea, obligada por el Estado del bienestar, a los responsables de administrar los recursos públicos se les pueden poner los pelos de punta sólo con imaginar una pirámide demográfica (y de pensiones) todavía más invertida que la actual, con una tercera edad casi eterna.
El doctor Weindruch, como gerontólogo, discrepa de este alarmismo, y sugiere en cambio ir acompasando mejor la esperanza de vida laboral con la biológica. «Si mantenemos a raya las enfermedades y los efectos de la vejez, dispondremos de repente de muchas personas de 60 ó 70 años en muy buen estado de salud, capaces de trabajar muchos años más, y de aportar lo mejor de su experiencia», señala.
Fuente: Hoy Digital
En una sociedad europea, obligada por el Estado del bienestar, a los responsables de administrar los recursos públicos se les pueden poner los pelos de punta sólo con imaginar una pirámide demográfica (y de pensiones) todavía más invertida que la actual, con una tercera edad casi eterna.
El doctor Weindruch, como gerontólogo, discrepa de este alarmismo, y sugiere en cambio ir acompasando mejor la esperanza de vida laboral con la biológica. «Si mantenemos a raya las enfermedades y los efectos de la vejez, dispondremos de repente de muchas personas de 60 ó 70 años en muy buen estado de salud, capaces de trabajar muchos años más, y de aportar lo mejor de su experiencia», señala.
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