El parto de una mujer de 66 años, que se convirtió en la madre más anciana en la historia de Gran Bretaña, generó una fuerte polémica por las implicancias éticas y morales de la maternidad en la vejez.
El embarazo, de alto riesgo por la avanzada edad de la madre, terminó con una cesárea. La mujer se implantó un óvulo fecundado de donantes, en Ucrania, ya que las clínicas británicas se negaran a ese procedimiento por tener más de 50 años. Casos similares hubo en otros países, como Alemania, donde en 2007 una mujer de 64 años tuvo un bebé tras implantarse en el extranjero el óvulo de una mujer más joven, y el año pasado una india, de 70 años, habría tenido mellizos.
La donación de óvulos es una técnica que permite el logro del embarazo en mujeres que no pueden lograr ser madres con sus propios óvulos ya sea porque no cuentan con ellos al ser menopáusicas, porque estos tienen alteraciones genéticas o de calidad incompatibles con un embarazo normal, o porque las chances que de generar un embarazo son muy bajas, fenómeno que ocurre en forma progresiva a partir de los 40 años.
En los últimos diez años ha habido un gran aumento de reproducción asistida, especialmente de la donación de óvulos, porque cada vez más mujeres buscan el embarazo en edades en las que la fertilidad se encuentra francamente disminuida. Aunque parezca increíble, la mayor donación de óvulos no tiene relación con la edad de la mujer que los recibe; lo que significa que las posibilidades de éxito son casi idénticas tanto en una mujer de 30 años que recurre a esta técnica por problemas orgánicos, como una mujer de 60 o 70 años.
Esta posibilidad de embarazo a cualquier edad plantea un enorme dilema tanto médico como legal en cuanto a cuál debe ser la edad límite para realizar esta técnica. La comunidad científica considera que el logro de un embarazo a los 66 años no debe realizarse por ser peligroso a esa edad, y por ser potencialmente perjudicial para el niño, por las probables consecuencias que puede traerle la figura de madre-abuela.
Debería recordarse que no todo lo factible en medicina debe hacerse y que los enormes beneficios y bondades de una técnica como la ovodonación pueden verse empañados con una práctica incorrecta y abusiva. Ciencia y conciencia no se oponen sino que se complementan.
Diario de Cuyo
El embarazo, de alto riesgo por la avanzada edad de la madre, terminó con una cesárea. La mujer se implantó un óvulo fecundado de donantes, en Ucrania, ya que las clínicas británicas se negaran a ese procedimiento por tener más de 50 años. Casos similares hubo en otros países, como Alemania, donde en 2007 una mujer de 64 años tuvo un bebé tras implantarse en el extranjero el óvulo de una mujer más joven, y el año pasado una india, de 70 años, habría tenido mellizos.
La donación de óvulos es una técnica que permite el logro del embarazo en mujeres que no pueden lograr ser madres con sus propios óvulos ya sea porque no cuentan con ellos al ser menopáusicas, porque estos tienen alteraciones genéticas o de calidad incompatibles con un embarazo normal, o porque las chances que de generar un embarazo son muy bajas, fenómeno que ocurre en forma progresiva a partir de los 40 años.
En los últimos diez años ha habido un gran aumento de reproducción asistida, especialmente de la donación de óvulos, porque cada vez más mujeres buscan el embarazo en edades en las que la fertilidad se encuentra francamente disminuida. Aunque parezca increíble, la mayor donación de óvulos no tiene relación con la edad de la mujer que los recibe; lo que significa que las posibilidades de éxito son casi idénticas tanto en una mujer de 30 años que recurre a esta técnica por problemas orgánicos, como una mujer de 60 o 70 años.
Esta posibilidad de embarazo a cualquier edad plantea un enorme dilema tanto médico como legal en cuanto a cuál debe ser la edad límite para realizar esta técnica. La comunidad científica considera que el logro de un embarazo a los 66 años no debe realizarse por ser peligroso a esa edad, y por ser potencialmente perjudicial para el niño, por las probables consecuencias que puede traerle la figura de madre-abuela.
Debería recordarse que no todo lo factible en medicina debe hacerse y que los enormes beneficios y bondades de una técnica como la ovodonación pueden verse empañados con una práctica incorrecta y abusiva. Ciencia y conciencia no se oponen sino que se complementan.
Diario de Cuyo
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