En el Chile de los 60, las canciones de Quilapayún fueron la banda sonora de la revolución. Puño en alto miles cantaron con ellos. Pero el mundo cambió y ellos también. Sueños caídos, muerte y desilusión no fueron suficiente para abandonar el canto. Hoy son 11 músicos, viven en Chile y Francia, y creen que la revolución no ha terminado.
En el Chile de los 60, las canciones de Quilapayún fueron la banda sonora de la revolución. Puño en alto miles cantaron con ellos. Pero el mundo cambió y ellos también. Sueños caídos, muerte y desilusión no fueron suficiente para abandonar el canto. Hoy son 11 músicos, viven en Chile y Francia, y creen que la revolución no ha terminado.
Comments